El ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, ha destacado el papel fundamental que desempeñó España en la liberación de la opositora venezolana María Corina Machado, quien recientemente fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz. Durante una declaración a los medios desde el Palacio de Parcent, sede del Ministerio de Justicia, Bolaños subrayó que el Gobierno español «trabajó intensamente para que fuera liberada el tiempo que estuvo en prisión» en su país.
Bolaños también expresó que no le corresponde valorar la decisión del comité que otorga el Nobel, aunque enfatizó que España es un país comprometido con los derechos humanos, la democracia y la paz. La elección de Machado por parte del Comité Noruego se justifica por su «incansable esfuerzo» para promover los derechos y libertades en Venezuela, así como por su trabajo en favor de una transición «justa y pacífica» de «la dictadura a la democracia».
El contexto de la premiación
María Corina Machado ha sido una figura clave en la oposición venezolana, enfrentando numerosos desafíos y persecuciones en su lucha por la democracia. Su reciente reconocimiento internacional con el Nobel de la Paz no solo subraya su valentía, sino también la creciente atención que el mundo presta a la situación en Venezuela.
A través de su trabajo, ha conseguido movilizar a miles de ciudadanos en defensa de sus derechos. Este reconocimiento puede ser un punto de inflexión en la lucha por la democracia en su país, al atraer la atención internacional hacia la crisis que atraviesa Venezuela.
Compromiso de España con los derechos humanos
El Gobierno de España ha reafirmado su compromiso con los derechos humanos, y la liberación de Machado es un claro ejemplo de ello. El papel mediador de España en este proceso ha sido reconocido por diversas organizaciones internacionales, que ven en el país ibérico un aliado en la lucha por la justicia y la libertad en América Latina.
La elección de Machado como Nobel de la Paz resalta la necesidad de continuar apoyando a líderes que trabajan por un futuro mejor en sus naciones. La comunidad internacional, y en especial España, tiene la responsabilidad de mantener su apoyo a aquellos que luchan por la democracia y los derechos fundamentales en lugares como Venezuela.