El Senado de los Estados Unidos volvió a bloquear el proyecto de financiación provisional necesario para poner fin al cierre del Gobierno federal, que ya alcanza los veinte días. Esta situación ha dejado a cientos de miles de empleados sin salario y ha puesto en riesgo servicios esenciales, arrastrando al país hacia una parálisis legislativa sin precedentes.
La votación de este lunes se saldó con un resultado de 50 votos a favor frente a 43 en contra, quedando a diez votos de la mayoría requerida para aprobar la resolución. La raíz del bloqueo radica en las discrepancias entre demócratas y republicanos: los primeros exigen la inclusión de una extensión de los subsidios del Affordable Care Act (Obamacare), mientras que los segundos se oponen a vincular la financiación del Gobierno a condiciones adicionales.
El impacto del cierre gubernamental
El apagón presupuestario comenzó oficialmente el 1 de octubre de 2025, tras la expiración de la última resolución temporal sin que se alcanzara un acuerdo. Los republicanos han propuesto una extensión más prolongada de la resolución provisional, pero los demócratas insisten en no apoyar ninguna medida que no garantice los subsidios sanitarios y otros aspectos sociales. A pesar de esto, algunos senadores demócratas moderados, como Catherine Cortez Masto y Angus King, rompieron filas y votaron a favor de la resolución republicana, aunque su apoyo no fue suficiente para desbloquear la situación.
La parálisis se siente también en la Cámara de Representantes, donde las sesiones han sido aplazadas, intensificando la percepción de un estancamiento institucional. Este cierre va más allá de un simple enfrentamiento político; compromete el funcionamiento básico del Estado federal y afecta a millones de ciudadanos, evidenciando la falta de consenso en el corazón de la gobernanza estadounidense.
Perspectivas futuras
Las partes involucradas volverán a deliberar en los próximos días, con una nueva votación prevista para el martes, con la esperanza de poner fin al impasse. Sin embargo, las señales son negativas y los plazos se acortan. Si el cierre supera los 21 días, se convertirá en uno de los más prolongados de la historia moderna de EE.UU., con todas las consecuencias que esto conlleva.