El primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba, ha confirmado este domingo su intención de permanecer en el cargo, a pesar de los resultados adversos en las elecciones parciales al Senado. El Partido Liberal Democrático (PLD), que lidera, sufrió un golpe significativo al no conseguir mantener la mayoría en la Cámara Alta, donde la coalición con Komeito logró apenas 47 escaños, quedándose a tres de los necesarios para el control total.
El avance de la extrema derecha, representada por el partido Sanseito, ha marcado estas elecciones. Mientras que la oposición ha alcanzado 77 escaños, sumando así un total de 125 de los 250 asientos del Senado. La situación se complica aún más para el PLD, que ya había perdido la mayoría en la Cámara Baja el año pasado, lo que coloca al partido en su posición más débil en décadas.
Resultados electorales y la reacción de Ishiba
En su primera declaración tras conocer los resultados, Ishiba subrayó la necesidad de «afrontar el momento con humildad y sinceridad». A pesar de haber perdido la mayoría en ambas cámaras del Parlamento, el primer ministro ha descartado dimitir y ha enfatizado la importancia de asumir las responsabilidades que conlleva liderar el principal partido del país. «Debemos dialogar y mantenernos unidos», afirmó Ishiba, quien también ha señalado su intención de cerrar un acuerdo comercial con Estados Unidos antes del 1 de agosto de 2023.
La coalición gobernante ha estado en el poder durante más de 15 años, y es la primera vez desde la fundación del PLD en 1955 que su Ejecutivo pierde la mayoría parlamentaria. En este contexto, el líder de la oposición, Yoshihiko Noda, ha interpretado los resultados como una clara señal para que Ishiba abandone el poder, sugiriendo que el pueblo japonés le ha transmitido una moción de censura.
El panorama político y el desafío económico
La participación electoral ha alcanzado el 58,52%, superando en seis puntos la registrada hace tres años. Este aumento en la participación indica un creciente interés ciudadano en la política, aunque el Partido Constitucional Democrático (PCD), la principal fuerza opositora, ha sido uno de los beneficiados del descontento con el PLD.
Ishiba también ha abordado la creciente preocupación por el aumento del coste de vida en Japón, reconociendo que los precios siguen creciendo más rápido que los salarios. «Es imprescindible adoptar medidas urgentes y generosas para apoyar a las familias en situación de dificultad», ha declarado, admitiendo que el desafío económico se ha vuelto un tema central para su administración.
Con estas elecciones, el futuro del PLD parece incierto, y la posibilidad de una reconfiguración política en Japón se presenta como un escenario probable, donde la cooperación con partidos opositores, como el Sanseito, podría ser una opción a considerar. Sin embargo, las tensiones internas y la necesidad de un diálogo sólido dentro de la coalición actual son cuestiones que Ishiba deberá gestionar cuidadosamente en los próximos meses.