Las elecciones que se celebran hoy en Japón son cruciales para el primer ministro Shigeru Ishiba, ya que se juegan la mitad de los escaños del Sangiin (Cámara Alta) y su futuro en el poder depende de mantener una mayoría suficiente. La preocupación por el aumento del precio del arroz, que se ha duplicado recientemente, ha generado un descontento palpable entre la población, que no tolerará que su alimento básico se convierta en un lujo.
El impacto del arroz en la política japonesa
La campaña electoral ha evidenciado la importancia del arroz en la cultura japonesa, donde la pérdida de acceso a este alimento es un tema sensible. A pesar de que el Gobierno ha liberado reservas para intentar contener el alza de precios, los pronósticos no son favorables para Ishiba, quien necesita alcanzar los 124 escaños para mantener su mayoría en el Sangiin, donde actualmente posee 140.
El desafío se complica por la presión ejercida por la oposición, encabezada por el Partido Constitucional Democrático (PCD) de Yoshihiko Noda, y por un grupo de partidos minoritarios que han sabido capitalizar el descontento popular. La situación es crítica para el Partido Liberal Democrático (PLD), al que pertenece Ishiba, que enfrenta su peor momento legislativo desde la II Guerra Mundial.
Desafíos económicos y sociales
La economía japonesa atraviesa una etapa difícil, marcada por la inminente implementación de aranceles del 25 % impuestos por Donald Trump a partir del 1 de agosto, lo que agrava aún más la situación. La pérdida del control del Congreso en las elecciones generales del pasado octubre ha dejado al Gobierno en una posición vulnerable, enfrentando un electorado insatisfecho.
Ishiba, que ha visto caer su popularidad al 20 %, se ha mostrado desafiante ante la adversidad, afirmando: “No nos subestimen. Debemos ser firmes en nuestras negociaciones, incluso con nuestros aliados”, según la agencia nipona Kyodo. En este contexto, la reforma constitucional para fortalecer la defensa militar de Japón ha resurgido como un tema relevante, dado el clima internacional actual.
La creciente influencia del ultranacionalismo también está moldeando el panorama político. Partidos menores han comenzado a ganar terreno con discursos que promueven la idea de “los japoneses primero”, reflejando un sentimiento de rechazo hacia la inmigración y los extranjeros. El partido Sanseito, liderado por Sohel Kamiya, exmiembro del PLD, podría obtener entre 10 y 15 escaños, lo que complicaría aún más la situación para Ishiba.
La presión aumenta y, si se confirma un mal resultado electoral para el PLD, el primer ministro podría verse obligado a presentar su dimisión, un acto que en la cultura japonesa se conoce como “harakiri” o “shisatsu” político. La incertidumbre sobre el futuro de Ishiba y su Gobierno se cierne sobre Japón en un momento crítico para la nación.
