El Gobierno de Lituania ha presentado su dimisión en pleno, lo que marca un giro significativo en la política del país. Esta decisión llega en medio de las crecientes sospechas de corrupción que involucran al primer ministro, Gintautas Paluckas, quien también ha renunciado a su cargo en el Partido Socialdemócrata de Lituania (LSDP). La renuncia fue formalizada ante el presidente, Gitanas Nauseda, quien ahora deberá encargarse de la formación de un nuevo gabinete.
La situación se desencadenó a raíz de una investigación periodística que ha vinculado a Paluckas con un préstamo subvencionado de 200.000 euros recibido por una empresa de su propiedad, Garnis. Este episodio es solo uno más en una serie de escándalos relacionados con negocios privados del primer ministro y su círculo familiar. La empresa Garnis había obtenido beneficios de una serie de transacciones con Dankora, una firma perteneciente a la cuñada de Paluckas, que contaba con el respaldo financiero de la Unión Europea.
Desde que asumió el cargo a finales de 2022, Paluckas había liderado un Gobierno de coalición con la centrista Unión de Demócratas por Lituania y el populista de derechas Amanecer Nemunas. La presión para su dimisión se intensificó cuando el partido centrista exigió su retirada tras el inicio de las investigaciones. Paluckas había ascendido al poder de manera inesperada después de que la entonces líder del LSDP, Vilija Blinkeviciute, decidiera no presentarse para dirigir el Ejecutivo por motivos de salud.
A pesar de su éxito inicial, la carrera de Paluckas ha estado marcada por controversias, incluyendo una condena a dos años de prisión por abuso de poder en un caso relacionado con una licitación pública durante su mandato como vicealcalde de Vilna. Esta condena fue suspendida tras el pago de una multa.
El LSDP se encuentra en la necesidad de designar un sucesor en los próximos días, y es probable que el presidente Nauseda le encargue la formación del nuevo Gobierno. Lituania, situada en el flanco este de la OTAN, juega un papel crucial por sus fronteras con Bielorrusia y el enclave ruso de Kaliningrado. Junto a sus vecinos Letonia y Estonia, el país mantiene un firme compromiso con el apoyo a Ucrania y el rearme europeo, lo que añade urgencia a la situación política actual.
La inestabilidad en el Gobierno lituano destaca la necesidad de mantener la confianza pública en las instituciones, especialmente en un contexto geopolítico tan delicado. La evolución de este conflicto político será objeto de seguimiento tanto a nivel nacional como internacional en los próximos días.
