El Modern War Institute, un centro de análisis vinculado a la Academia de West Point, ha presentado un estudio que plantea una revolución en la maniobra militar, centrando su atención en el uso de drones. La investigación sostiene que esta tecnología alcanzará su máximo potencial solo si se acompaña de nuevas estructuras organizativas y una doctrina adaptada a su implementación. Propone la creación de brigadas especializadas y batallones integrados, con un enfoque en la coordinación entre fuego, movimiento e inteligencia en tiempo real.
El documento, titulado ‘De asesinos tácticos de trincheras a vencedores estratégicos: doctrina, arte operacional y la próxima guerra de maniobra habilitada por drones’, sugiere que las brigadas con drones deben ser parte esencial de la maniobra terrestre. Esto incluye la creación de un espacio aéreo a baja cota como un nuevo flanco para romper líneas, aislar unidades y apoyar a las fuerzas terrestres.
Integración de drones en la maniobra militar
El análisis parte de un hecho operativo: en conflictos recientes, como el de Ucrania, los UAS (sistemas aéreos no tripulados) han demostrado ser efectivos en el ámbito táctico, generando daños significativos. Sin embargo, estas victorias no se han traducido en rupturas operacionales sostenidas. Los autores del estudio argumentan que esta limitación no es consecuencia de la tecnología, sino de la falta de estructuras y doctrinas que permitan explotar adecuadamente la capacidad aérea a baja cota.
La propuesta aboga por utilizar drones para crear vulnerabilidades en profundidad, interrumpiendo cadenas de mando y logística, y generando corredores que las fuerzas terrestres puedan aprovechar rápidamente. Se busca así que los UAS contribuyan de manera activa a la maniobra, y no solo en situaciones de desgaste.
Desde un punto de vista técnico, el estudio recomienda priorizar UAS de mayor envergadura, conocidos como grupos 2 y 3, que ofrecen mayor persistencia y carga útil. Estas plataformas serían capaces de realizar reconocimientos sostenidos y operaciones de fuego de precisión, trabajando en conjunto con las fuerzas terrestres.
Nuevas estructuras organizativas y procedimientos operativos
El documento también propone la creación de brigadas con drones integrados, que incluirían batallones especializados en diversas áreas como ataque profundo, aislamiento e interdicción, guerra electrónica y sostenimiento logístico. Esta arquitectura permitiría mantener un ritmo operativo elevado y generar efectos sistemáticos en el campo de batalla.
Además, se sugiere que las brigadas convencionales incorporen unidades con capacidad para operar drones, facilitando la coordinación entre maniobra terrestre y efectos aéreos. Este enfoque dual busca aumentar la flexibilidad operativa sin desarticular completamente las estructuras existentes.
El estudio advierte de las limitaciones actuales, que incluyen la dependencia de la conectividad y la vulnerabilidad ante la guerra electrónica. Para superar estos desafíos, es crucial implementar procedimientos que integren mando y control, así como sincronización temporal y espacial entre los efectos aéreos y el movimiento terrestre.
El informe también menciona las inversiones necesarias en guerra electrónica y en capacidades de inteligencia para asegurar que se aproveche la información generada por los UAS en tiempo real. Esto es vital para garantizar la continuidad operativa en entornos donde el adversario disputa el control del espacio electromagnético.
En conclusión, el estudio del Modern War Institute destaca la necesidad de una transformación gradual y significativa en las fuerzas armadas, que incluya la adquisición de UAS de mayor capacidad y la adaptación de centros de adiestramiento. La implementación de estas propuestas podría redefinir la manera en que se llevan a cabo las operaciones militares modernas.
