Chile celebra este 15 de octubre de 2023 unas elecciones presidenciales y legislativas que determinarán quién sucederá a Gabriel Boric en La Moneda y cómo quedará configurado el Parlamento. Esta es la primera ocasión en que se realizan elecciones presidenciales con voto obligatorio desde la vuelta a la democracia en el país, y más de 15,6 millones de ciudadanos están llamados a las urnas en un clima político fragmentado y marcado por un creciente desgaste social.
Los 3 498 centros de votación han abierto sus puertas para una jornada en la que compiten ocho candidatos. La favorita en las encuestas es la izquierdista Jeannette Jara, exministra comunista del actual gobierno, aunque ningún sondeo la sitúa por encima del 50% necesario para evitar una segunda vuelta el 14 de diciembre.
Desafíos en la ultraderecha y la fragmentación política
La gran incógnita de la jornada es quién acompañará a Jara en un posible balotaje, que se llevará a cabo entre los dos candidatos más votados en la primera ronda si ninguno logra la mayoría necesaria. Las encuestas muestran una lucha muy reñida entre dos candidatos de ultraderecha: José Antonio Kast, abogado ultracatólico y padre de nueve hijos, que compite por tercera vez y busca proyectar una imagen más moderada tras perder ante Boric en 2021, y Johannes Kaiser, diputado libertario que ha irrumpido con fuerza representando a una extrema derecha aún más radical y dispuesto a dar la «batalla cultural».
Ambos son percibidos como herederos políticos del legado institucional de la dictadura de Augusto Pinochet, lo que resulta llamativo, ya que hace apenas seis años el país vivía un estallido social cuyo objetivo principal era precisamente cambiar la Constitución. La derecha tradicional, representada por Evelyn Matthei, ha perdido impulso y se sitúa en el cuarto lugar, mientras que el economista Franco Parisi se posiciona con fuerza tras sorprender al quedar tercero en las anteriores elecciones. Los analistas coinciden en que si las tres derechas (tradicional, ultraderecha y libertarios) se unen en una segunda vuelta, Jara tendría muy pocas opciones de llegar a La Moneda.
El voto joven y la percepción de inseguridad
El voto joven se perfila como un factor crucial en estas elecciones. Según Feedback Research, el 30% de los jóvenes entre 18 y 29 años decidirá su voto en el último momento, una volatilidad que podría reconfigurar el escenario político. Chile no es una excepción dentro de un marco global; las protestas de la Generación Z han hecho caer gobiernos en varios países durante el último año, mostrando una fuerza política creciente, pero también un gran desencanto con la capacidad real de transformar el sistema.
La campaña ha estado marcada por la inseguridad y el desgaste político. El aumento de la delincuencia y, sobre todo, la percepción de inseguridad han sido ejes centrales de los discursos, especialmente entre los sectores de la derecha y la ultraderecha. A esto se suma el agotamiento de un país que, desde las protestas de 2019, ha pasado por múltiples procesos electorales y por dos intentos fallidos de redactar una nueva Constitución.
Además de elegir presidente, Chile renueva los 155 diputados y 23 de los 55 senadores, unas elecciones en las que las derechas parten como favoritas. El resultado será determinante para la gobernabilidad del próximo presidente, independientemente de quién gane. Los centros de votación permanecerán abiertos hasta las 18:00 horas, hora local (21:00 GMT), y se espera que los primeros resultados se conozcan unas horas después.
