La Fiscalía de Rumanía ha informado que el excandidato a la Presidencia, Calin Georgescu, ha sido acusado de complicidad en un intento de golpe de Estado. Esta acusación forma parte de un caso que involucra a más de una veintena de personas, entre ellas un exlegionario francés y líder de una milicia congoleña.
Según los investigadores, los acusados habían planeado desestabilizar el país a través de una reunión que tuvo lugar el 7 de diciembre de 2024 entre Georgescu y el exlegionario Horatiu Potra, quien actualmente ha solicitado asilo político en Rusia. Las pesquisas revelan que su intención era infiltrarse en las protestas que surgieron tras la suspensión de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, donde el ultraderechista logró una victoria inesperada.
Un plan de acción desde 2022
Las investigaciones indican que Georgescu y Potra habían comenzado los trámites para tomar el poder en 2022. Este intento de golpe de Estado se ha desencadenado en un contexto de crisis política en Rumanía, acentuada por irregularidades en la financiación de la campaña electoral y sospechas de injerencia extranjera, que culminaron en la suspensión de las elecciones.
En julio, Georgescu ya había sido acusado de delitos relacionados con la propaganda y la exaltación de criminales de guerra, además de promover ideas fascistas y xenófobas. Según las autoridades, durante el periodo de junio de 2020 a mayo de 2025, Georgescu difundió mensajes en apoyo al grupo de ultraderecha Movimiento 41 por Rumanía.
La situación política en Rumanía ha alcanzado uno de sus niveles más críticos desde la caída del comunismo, generando un ambiente de tensión y desconfianza entre la ciudadanía. Las acciones de Georgescu, de ser probadas, representarían un grave atentado contra la estabilidad del país y sus instituciones democráticas.