El expresidente brasileño Jair Bolsonaro ha regresado a su residencia este sábado, donde cumplirá prisión domiciliaria mientras la Corte Suprema de Brasil lo juzga por un intento de golpe de Estado. Su retorno se produce tras haber pasado cinco horas en el hospital DF Star, donde fue sometido a varios exámenes médicos y diagnosticado con gastritis y esofagitis.
Según el boletín médico, la endoscopia reveló “persistencia de esofagitis y de gastritis, ahora menos intensas, pero que requieren un tratamiento medicamentoso continuo”. Los doctores también indicaron que Bolsonaro deberá seguir en su domicilio un tratamiento para la hipertensión arterial y el reflujo, además de adoptar medidas preventivas contra la broncoaspiración.
Los exámenes realizados evidenciaron residuos de dos infecciones pulmonares recientes, posiblemente relacionadas con crisis de broncoaspiración. Estas complicaciones han llevado a que el magistrado Alexander de Moraes, juez instructor del proceso, autorizara su traslado al hospital después de que el exmandatario se quejara del agravamiento de síntomas como hipo, falta de aire y reflujo gástrico desde su arresto domiciliario.
Contexto del juicio y las acusaciones
Bolsonaro se encuentra en prisión domiciliaria desde el 4 de agosto de 2023, tras haber violado las medidas cautelares impuestas en el marco del juicio donde la Fiscalía lo acusa de liderar un intento de golpe de Estado contra el actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva. Este juicio, que podría resultar en una condena de hasta 40 años de prisión, ha generado una gran atención mediática y política en Brasil.
El exmandatario llegó al hospital alrededor de las 9:00 hora local (12:00 GMT) y fue recibido por un grupo de partidarios que le mostraron su apoyo. Bolsonaro, sin embargo, les aclaró que no podía hablar con ellos debido a las restricciones impuestas por la justicia. Salió del centro médico a las 13:58 horas (16:58 GMT), momento en el que los manifestantes ondearon banderas en apoyo a su figura.
Las repercusiones del juicio golpista
Los cargos en su contra incluyen la tentativa de abolición del Estado democrático de derecho, asociación armada para delinquir, y daño al patrimonio público. La Fiscalía sostiene que el complot golpista fue ideado tras la derrota de Bolsonaro frente a Lula en las elecciones de octubre de 2022, en el que discutió con sus colaboradores y militares sobre medidas para desconocer el resultado electoral.
Tras el fracaso de estas maniobras, los acusados habrían incitado el asalto a Brasilia el 8 de enero de 2023, una semana después de la investidura de Lula, donde miles de bolsonaristas atacaron las sedes de los tres poderes del Estado, exigiendo la intervención militar para derrocar al nuevo Gobierno.
