Un video que se ha vuelto viral en redes sociales ha desmitificado una creencia común sobre el líquido que se libera de la carne, tanto en su envase como durante la cocción. Según el reconocido experto parrillero Nacho Martín, este fluido no es sangre, como muchos piensan, sino una proteína conocida como mioglobina.
Martín explica que, tras el sacrificio del animal, toda la sangre es eliminada durante el proceso de preparación. La mioglobina, que se encuentra en los músculos, es responsable del aspecto rojizo del líquido que a menudo se confunde con sangre. Este detalle es crucial, ya que puede influir en la percepción que los consumidores tienen sobre la carne que consumen.
La confusión entre mioglobina y hemoglobina
El experto resalta que es importante no confundir la mioglobina con la hemoglobina, que es la proteína que transporta el oxígeno en la sangre. “Cuando la carne está poco hecha, el líquido es rojo. Si está más cocida, se torna rosado, y si está bien hecha, adquiere un color marrón. Por lo tanto, el mito que sostiene que este líquido es sangre es completamente falso”, añade Martín.
En el video, que ha captado la atención de miles de internautas, el parrillero busca educar al público sobre este aspecto, desmitificando así conceptos erróneos que han perdurado durante años. La reacción en redes ha sido variada, con muchos usuarios agradeciendo la aclaración y otros sorprendidos por esta revelación.
Un cambio en la percepción de la carne
La discusión sobre lo que realmente se sirve en nuestros platos no termina aquí. Pedro Venteo, un chef conocido en el ámbito gastronómico, también ha comentado sobre el estado actual de la carne en la industria. Según él, “hoy la hamburguesa no es una hamburguesa, es un disfraz, es un meme y son likes; necesitamos recapacitar”. Esta reflexión invita a repensar la calidad y el tratamiento de los productos cárnicos en el mercado.
El debate sobre la carne y su representación en la cocina continúa, y la aclaración de Martín sobre el líquido que sale de la carne puede ser un primer paso hacia una mayor educación y comprensión entre los consumidores. La correcta interpretación de estos elementos no solo afecta la experiencia gastronómica, sino que también puede tener implicaciones en la salud y la seguridad alimentaria.