El verano trae consigo la oportunidad de disfrutar de platos frescos y ligeros, y una de las combinaciones más acertadas es la de ensaladas acompañadas de cervezas bien elegidas. Esta pareja, aunque inesperada, puede elevar una comida simple a una experiencia memorable. La clave está en seleccionar el tipo de cerveza que complemente y potencie los sabores de cada ensalada, según explica Agus Blanco, jueza certificada BJCP y experta en cervezas.
El arte de maridar ensaladas y cervezas
En esta época del año, la ecuación es sencilla: cuanto más fresco, mejor. Una ensalada ligera junto a una cerveza fría siempre resulta atractiva. Sin embargo, acertar con el maridaje puede transformar lo agradable en algo inolvidable. Para lograrlo, es esencial que la cerveza esté a la temperatura adecuada, no helada, y siempre servida con una buena capa de espuma, que no solo es decorativa, sino que también libera compuestos aromáticos y ayuda a limpiar el paladar.
Las cervezas de trigo alemanas, por ejemplo, presentan una turbidez que proviene de la levadura en suspensión, y es importante servirlas completamente para disfrutar de su esplendor. A continuación, se presentan algunas combinaciones sugeridas para disfrutar este verano:
Combinaciones ideales para el verano
Para una ensalada que incluya tomate, cebolla, atún, aceitunas negras y huevo duro, una Blonde belga como la de la cervecera Yakka es la elección perfecta. Esta cerveza, con su malta suave y notas de pera y melocotón, equilibra el perfil salado del plato y su carbonatación resalta los vegetales.
En el caso de la clásica ensalada de lechuga, tomate y cebolla, que a menudo se complementa con atún y espárragos, una cerveza de trigo alemana como la de Bailandera es ideal. Su levadura aporta sabores de clavo y plátano, que se integran perfectamente con los ingredientes frescos de la ensalada.
La famosa caprese, con su combinación de mozzarella, tomate y albahaca, se disfruta mejor acompañada de una IPA americana como la IPA 4 de DouGall’s. Su perfil afrutado y moderno potencia los sabores del tomate y la albahaca, mientras que su carbonatación ayuda a limpiar el paladar.
Otra opción creativa es una ensalada de pepinillos y queso semicurado, donde la combinación con una Schlenkerla Rauchbier puede resultar sorprendente. El toque ahumado de esta lager alemana realza el sabor del queso, mientras que el pepinillo aporta frescura y acidez al plato.
Por último, una pipirrana andaluza, preparada con tomate, cebolla, pimiento, pepino, huevo duro y atún, se complementa de maravilla con una Paramour Gose de Espiga. Esta cerveza, con su leve salinidad y acidez, resalta cada ingrediente de la ensalada y aporta un brillo especial a la combinación.
En el caso de una ensaladilla rusa cremosa, lo mejor es optar por una Berliner Weisse, como la de Cerveza Althania, que, con su acidez láctica, corta la densidad de la mayonesa y refresca el paladar, siendo ideal para el aperitivo.
La clave en todos estos maridajes no es que la cerveza «maride con todo», sino que sume a la experiencia. Una buena elección debe resaltar cada ingrediente y disfrutarse en compañía de agua fría para mantener la hidratación. También se recomienda tener pan blanco al lado para suavizar el impacto de sabores fuertes.
Una ensalada y una cerveza pueden parecer sencillas por separado, pero juntas, bien elegidas y servidas con intención, transforman una comida en la terraza de verano en una experiencia memorable. Este verano, la gastronomía se convierte en un juego de sabores que no hay que dejar pasar.
