La obesidad en España ha alcanzado cifras alarmantes, superando el 60 % de la población, según un estudio publicado en marzo de 2025 por la prestigiosa revista Lancet. Este fenómeno no solo se traduce en problemas estéticos o de movilidad, sino que se ha confirmado que la obesidad es un estado inflamatorio que puede provocar graves enfermedades. Las causas son múltiples, pero el principal factor es un estilo de vida sedentario y una ingesta excesiva de alimentos.
Históricamente, los intentos de perder peso han llevado a muchas personas a buscar soluciones rápidas, a menudo utilizando medicamentos peligrosos que no ofrecían resultados duraderos y que podían causar serios efectos secundarios. Sin embargo, la situación ha cambiado con la llegada de los análogos del GLP-1, fármacos que han revolucionado el tratamiento de la obesidad y la diabetes tipo 2.
Un avance farmacológico significativo
Los análogos del GLP-1, como Ozempic, Victoza y Saxenda, actúan mediante una inyección semanal, proporcionando múltiples beneficios a los diabéticos tipo 2. Estos medicamentos estimulan la secreción de insulina, mejoran su acción, reducen el hambre y ralentizan el vaciamiento gástrico, creando una sensación de saciedad. Pronto se descubrió que estos fármacos podían ser utilizados también por personas sin diabetes, lo que disparó su popularidad.
La compañía detrás de Ozempic ha llegado a facturar más que el pequeño país de Dinamarca, donde está ubicada. Este éxito ha provocado una carrera frenética por mejorar estos medicamentos, buscando perfiles farmacológicos que sean aún más eficaces para aquellos con obesidad sin diabetes.
Consideraciones sobre el uso de nuevos tratamientos
A pesar de los beneficios, es crucial tener en cuenta que todos los medicamentos tienen efectos secundarios, algunos de ellos graves. Por esta razón, su uso debe ser limitado a un corto periodo de tiempo, suficiente para proporcionar el impulso necesario que permita a las personas realizar un cambio hacia un estilo de vida más activo y una alimentación más saludable.
Se recomienda precaución en el uso de estos tratamientos, ya que no son económicos y su efectividad debe ser acompañada de un compromiso real por parte del usuario. La revolución en los tratamientos de la obesidad está en marcha, y con ella surgen nuevas esperanzas para millones de personas en España que luchan contra este problema de salud pública.
