Un nuevo concepto gastronómico ha aterrizado en Bilbao con la inauguración de la primera máquina expendedora de pizza casera de Bizkaia. Los emprendedores Iker López y Asier Merodio han presentado ‘La Freska’, ubicada en Licenciado Poza 53, donde los clientes pueden disfrutar de nueve variedades de pizza en solo tres minutos.
La idea detrás de este proyecto surgió de la dificultad que muchos bilbaínos enfrentan a la hora de reservar mesa en los restaurantes de la ciudad. “En Bilbao todos los fines de semana tenemos una gran dificultad”, explica Iker, quien junto a Asier, buscaba ofrecer un producto de calidad sin la necesidad de realizar preparativos previos. Aunque ambos siguen trabajando en sus empleos actuales, decidieron embarcarse en esta aventura inspirados por un compañero de Zaragoza, quien les brindó valiosos consejos.
Las pizzas de ‘La Freska’ son elaboradas en colaboración con un pizzero profesional, quien se mostró entusiasta al escuchar la idea. Iker añade que “le hacemos el pedido prácticamente a diario y hablamos con él para ir viendo qué cosas cambiar”. Las pizzas se mantienen refrigeradas durante dos días y, si no se consumen en ese tiempo, se retiran del mercado. La máquina se encarga de darles el toque final de horno para que se sirvan calientes y crujientes.
Una experiencia única para el cliente
El objetivo de los creadores es ser cercanos con sus clientes, animándoles a compartir sus opiniones sobre posibles mejoras. “Siempre hemos querido hacer algo disruptivo, diferente, pero sin que pierda esa calidad”, aclara Asier. A través de sus redes sociales, planean realizar encuestas para conocer qué nuevos sabores podrían interesar a los consumidores.
Los nombres de las pizzas, como ‘Llamada a tu ex’, ‘Lunes sin clase’ o ‘Peli y manta’, no son casualidad; cada uno evoca recuerdos y emociones. “Queremos que cuando vengan no solo vean una pizza, sino que les evoque un recuerdo”, señala Asier. Por ejemplo, el nombre ‘Leche con galletas’ remite a una cena de la infancia, mientras que ‘La vieja confiable’ hace referencia a un amigo cercano.
A pesar de que algunos clientes podrían dudar de la calidad de un producto que se vende a través de una máquina expendedora, Asier asegura que las pizzas tienen un diámetro de 30 centímetros y están elaboradas con ingredientes frescos. “Estamos seguros de que la gente va a volver”, afirma, además de mencionar que implementarán promociones y sorteos para incentivar a los clientes a seguir sus redes sociales.
Afrontando el reto del lanzamiento
Iniciar este proyecto durante el verano ha presentado sus desafíos, ya que Bilbao tiende a estar menos concurrida en esta época. “La gente se acerca porque llama la atención, sobre todo por la noche, pero no se deciden a comprar”, reconoce Asier. Sin embargo, considera que esta apertura gradual les permite adaptarse y mejorar el producto.
Una vez que los clientes prueban las pizzas, la mayoría repite. La experiencia sensorial es fundamental; a medida que se va preparando el pedido, el olor a pizza inunda el ambiente, creando una atmósfera similar a la de un restaurante. “Estas pizzas son para todos”, concluye Iker, enfatizando que son ideales tanto para familias que olvidan hacer una reserva como para quienes regresan de una fiesta con hambre.
