La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha presentado este viernes su informe bienal titulado «Estado de la Pesca en el Mediterráneo y el Mar Negro (SoMFI 2025)», que actualiza la situación de la pesca y la acuicultura en estas regiones. Según el documento, aunque la sobreexplotación pesquera ha disminuido, el sector enfrenta retos significativos para asegurar su sostenibilidad a largo plazo.
El informe destaca que en 2023, la pesca y la acuicultura generaron más de dos millones de toneladas de productos del mar, con ingresos que alcanzan los 21.500 millones de dólares. Estas actividades representan el 26 % del empleo total del sector, siendo las mujeres responsables del 29 % de todos los empleos en la cadena de valor. Sin embargo, la participación de los jóvenes en la fuerza laboral es alarmantemente baja, con menos del 7 % en la mitad de los países de la región.
Estabilidad en la producción, pero descenso en algunas naciones
Los niveles globales de producción de pesca de captura se han mantenido estables en la última década, fluctuando alrededor de un millón de toneladas por año. Por otro lado, la producción acuícola marina y de aguas salobres ha ido en aumento, alcanzando 940.000 toneladas en 2023, lo que representa más del 45 % de la producción total de alimentos acuáticos en la región. A pesar de esta mejora general, varios países, como España e Italia, han registrado descensos notables en sus capturas.
El informe también menciona que, en la última década, la Comisión General de Pesca del Mediterráneo (CGPM) ha implementado múltiples medidas de gestión que han logrado reducir a la mitad la presión pesquera en la región. Sin embargo, el camino hacia la sostenibilidad aún es largo, ya que el sector debe enfrentarse a desafíos como la rentabilidad desigual y una fuerza laboral envejecida.
Retos futuros y necesidad de adaptación
De cara al futuro, la FAO subraya que el sector pesquero se enfrenta a problemas significativos, entre los que se encuentran la producción acuícola, que aunque está recibiendo mayor interés de las generaciones jóvenes, se ve amenazada por el cambio climático, patógenos y especies no autóctonas. Además, los marcos legales complejos limitan las inversiones necesarias para el crecimiento del sector.
El organismo de la ONU concluye que, para 2025, la producción de alimentos acuáticos en la región deberá aumentar entre un 14 % y un 29 % para satisfacer la demanda del creciente número de habitantes y asegurar que todos los países alcancen, al menos, los niveles promedio de consumo per cápita actuales a nivel mundial.
