El Kantauri, un pesquero de 28 metros, ha logrado capturar cerca de dos centenares de atunes rojos a unas 30 millas al norte de Getaria, marcando el regreso de la flota vasca a esta práctica que se había interrumpido durante más de dos décadas. Los atunes, con un peso medio de entre 75 y 80 kilos, fueron destinados a la primera escuadra de engorde en las jaulas de Itsasbalfegó, una colaboración entre Azti, la empresa atunera Balfegó y el Gobierno Vasco.
Esta operación ha sido posible gracias a una autorización de la Unión Europea y de la ICCAT (Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico), que permitió la captura de hasta 7 000 kilos de atún. Posteriormente, los pescadores liberaron los peces excedentes y trasladaron los atunes capturados a las granjas de engorde sumergibles, ubicadas a unas tres millas y media de la costa. Un buque remolcador se encargó del transporte, una tarea que duró dos días y medio para minimizar el estrés de los peces, según explica Rogelio Pozo, director científico de Azti.
Un nuevo horizonte para la pesca del atún rojo
La reactivación de la pesca del atún rojo en el Cantábrico es un hito significativo, ya que desde hace décadas, el cupo asignado a la flota vasca, que asciende a mil toneladas, era vendido a empresas atuneras del Mediterráneo y del Atlántico. Este año, Balfegó y Fuentes han adquirido los derechos para capturar hasta un millón de kilos de cimarrones (Thunnus thynnus thynnus) en aguas cercanas.
“Nuestro deseo es recuperar la pesca del atún rojo en el Cantábrico y comprobar si el engorde en las jaulas es factible”, señala Pozo. Durante el engorde, que tendrá una duración de cuatro meses, los atunes serán alimentados con sardinas, anchoas, jureles y caballas congeladas, con la expectativa de que incrementen su peso entre un 30% y un 40%. Al final del proceso, los peces serán sacrificados y se analizará la calidad de su carne y grasa.
El objetivo final, según Pozo, es “generar valor, apostando por un producto gastronómico que no solo contribuya a la economía local, sino que también recupere esta actividad pesquera”. Además, la intención es establecer una marca reconocida y, si los resultados son positivos, crear una planta en tierra para despiezar y congelar los lomos de atún para su posterior venta.
La creciente popularidad del atún rojo
El atún rojo, conocido como cimarrón por los pescadores, ha cobrado gran popularidad y es un ingrediente destacado en los menús de los restaurantes. En otra parte de este periódico, se menciona la iniciativa de la empresa de atuneros congeladores Echebastar, que planea abrir un restaurante en Bermeo llamado Alakrana, donde el Thunnus albacares (rabil) capturado en Seychelles será el producto estrella.
Si todo marcha según lo previsto, en el litoral guipuzcoano se establecerán entre cinco y seis granjas de engorde sumergibles, diseñadas para resistir los embates de los temporales del noroeste en el Cantábrico, donde se podrán engordar millas de atunes rojos hasta completar el cupo asignado de un millón de kilos.
En un reciente vídeo, durante una visita del lehendakari Imanol Pradales y la consejera de Pesca, Amaia Barredo, se pudo observar a operarios arrojando pescado congelado a los atunes en el cercado de boyas, mientras un proveedor transportaba el alimento desde tierra. Esta actividad es un paso clave en la recuperación de la pesca del atún en la región, que espera seguir en aumento en los próximos años.
Por último, se aconseja a los consumidores que presten atención a las etiquetas de los productos en las pescaderías, asegurándose de que indiquen correctamente la especie, el método de extracción y la fecha de captura, para evitar confusiones con el «atún rojo de almadraba» y otros productos similares.
