El sector agroalimentario español enfrenta una crisis alarmante, evidenciada por un aumento del 20% en las insolvencias desde 2019. Según el análisis titulado Impacto de las insolvencias en la actividad empresarial española, elaborado por expertos de Coface y divulgado por THE OBJECTIVE, la situación se ha deteriorado notablemente, especialmente en el contexto actual marcado por la incertidumbre geopolítica y el cambio climático.
El informe revela que en el análisis interanual de 2024 se ha producido un incremento del 5,4% en los concursos de acreedores, alcanzando un total de 78 insolvencias, la cifra más alta desde 2019. Este aumento es un reflejo de las crecientes dificultades que enfrentan las empresas para adaptarse a un entorno de alta volatilidad, caracterizado por interrupciones en las cadenas de suministro y fluctuaciones en los precios de las materias primas, lo que repercute negativamente en la rentabilidad del sector.
Desafíos y oportunidades en el agro
Los productores se encuentran atrapados entre el aumento de los costes laborales y energéticos y un mercado cada vez más competitivo. Desde 2021 hasta 2024, el número de empresas del sector agrario ha disminuido en un 4,8%, lo que equivale a 14 300 empresas menos, de acuerdo con un informe de la Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos basado en datos oficiales del portal Ipyme del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
A pesar de la crisis, el sector agroalimentario presenta oportunidades, especialmente en el ámbito de la agrotecnología. España lidera el sector agrotech en Europa, con cerca de 850 empresas dedicadas a desarrollar tecnologías que mejoren la eficiencia y sostenibilidad de la industria agroalimentaria. Sin embargo, aún se enfrenta a la necesidad de financiación para poder aprovechar al máximo estas oportunidades de crecimiento.
La dualidad del sector agrario
El sector primario en España se mueve a dos velocidades: por un lado, las explotaciones más tradicionales, que han estado lidiando con una crisis prolongada, y por otro, el emergente sector de agrotech, que está experimentando un momento de expansión. Esta dualidad refleja las tensiones que vive el agro español, donde innovaciones como el big data, la inteligencia artificial, el internet de las cosas y los drones están comenzando a integrarse en la cadena de valor agroalimentaria.
Sin embargo, para que el sector agrotech prospere, es crucial abordar el obstáculo que representa la inversión inicial, especialmente para los pequeños y medianos agricultores, que son los más numerosos en el país. Como destaca la empresa Armanext, que asesora en mercados alternativos, «son empresas que están naciendo, pero muchas morirán si no reciben el apoyo necesario».
En conclusión, el sector agroalimentario español se enfrenta a un reto considerable que requiere una adaptación rápida y eficaz. La combinación de factores externos e internos está poniendo a prueba la resiliencia de las empresas, lo que hace más crucial que nunca la búsqueda de soluciones innovadoras y sostenibles.
