El pasado 11 de noviembre de 2025, el antiguo Paraninfo de la Universidad de Salamanca se convirtió en el escenario de un emotivo reencuentro entre antiguos alumnos, quienes celebraron décadas de recuerdos y vivencias compartidas. Casi cuatrocientas personas se dieron cita para rememorar sus años de estudio, evocando risas y abrazos que parecían sacados de un tiempo pasado.
Este acto, organizado por Alumni-USAL, reunió a graduados que han pasado entre tres y cuatro décadas desde su promoción. Lo que comenzó como una celebración de bodas de plata y oro ha evolucionado en un evento multitudinario, esperado por aquellos que desean revivir su juventud y reconectar con viejos amigos. “Esto lleva un año de trabajo, pero ver el Paraninfo así lo compensa”, comentó Rosa Hernández, miembro de Alumni-USAL.
Un encuentro lleno de nostalgia
La organización del evento no fue tarea fácil, ya que localizar a todos los exalumnos resultó complicado. “En aquella época no había móviles y muchos no tenían correo electrónico”, explicó Juan José Díez, quien también forma parte de Alumni-USAL. “Todo se mueve gracias al boca a boca y a los más de 52.000 socios de Alumni-USAL, quienes mantienen viva esta red”, añadió.
El Paraninfo, testigo de siglos de historia, acogió el evento con discursos, aplausos y alguna lágrima contenida. Intervinieron Javier González Benito, vicerrector de Economía, y Román Álvarez Rodríguez, vicepresidente de Alumni-USAL, quien agradeció el apoyo del Ayuntamiento. Además, el psicólogo Félix López habló sobre la nostalgia y el significado del reencuentro, mientras que el fisioterapeuta José Ignacio invitó a todos a “mirar la orla al salir, para recordar lo que fuimos y lo que somos”.
Recuerdos que perduran en el tiempo
Entre los asistentes, se encontraban alumnas de Psicología que no podían ocultar su emoción. “Al volver tantos años atrás se siente ilusión, emoción, ganas de reencontrarnos con amigas”, afirmaron. La jornada fue un viaje al pasado, donde los recuerdos de los bares como el Paniagua y las fiestas de la facultad cobraron vida. “Nuestra promoción fue la que empezó con las uvas de la Nochevieja universitaria, aunque digan que la tradición vino después”, bromeaban.
Algunos llegaron desde lugares tan lejanos como Nueva York o Alemania, mientras que otros vinieron de Pamplona, Bilbao o Madrid. Una de las antiguas alumnas de Pedagogía del 95 compartió su experiencia: “Llegué antes de ayer a Madrid y esta mañana a Salamanca”, mientras que otra añadía entre risas: “Yo me he cogido mi Alvia sin hijos, sin marido, ni nada, y qué maravilla”.
La sensación de volver a la universidad fue un hilo común entre todos los asistentes. “La sensación de volver es familiar. Ha pasado mucho tiempo, pero algo sigue aquí. Nosotras hemos quedado debajo del reloj, como hacíamos entonces”, expresaron de manera unánime.
El vicerrector cerró el acto recordando que “la Universidad sigue siendo un centro de generación de conocimiento, un lugar donde compartir y comentar ideas”. Así, entre aplausos, sonrisas y algún suspiro, el Paraninfo volvió a resonar con el himno universitario, ese mismo que hace cuarenta años marcaba el final de una etapa y, sin saberlo, el inicio de un vínculo que hoy sigue intacto.
