El Papa Francisco ha nombrado a Josef Grünwidl como nuevo arzobispo de Viena, sucediendo al cardenal Christoph Schönborn, quien se retiró hace nueve meses al cumplir 80 años. Este nombramiento llega en un contexto donde Grünwidl se presenta como una figura abierta a reformas, incluyendo el celibato opcional y el diaconado femenino, aspectos que han suscitado un amplio debate en la Iglesia.
Un nuevo liderazgo en la archidiócesis
Josef Grünwidl, quien fue la mano derecha de Schönborn durante años, ha desempeñado diversos roles dentro de la archidiócesis, incluyendo su labor como presidente ejecutivo del Consejo Sacerdotal de Viena. Su experiencia en el cuidado pastoral es notable, ya que ha estado al frente de la parte sur de la archidiócesis, que cuenta con más de un millón de miembros. Klaus Prömper, un buen conocedor de su trayectoria, destaca que Grünwidl ha preferido el trabajo pastoral a la carrera eclesiástica.
El proceso de selección para el nuevo arzobispo ha estado marcado por ciertas tensiones entre Roma y la archidiócesis de Viena, lo que hizo que su nombramiento no fuera del todo previsible. Sin embargo, su elección ha sido recibida con optimismo en la Conferencia Episcopal Alemana, que la ha calificado como «una oportunidad» para abordar los desafíos contemporáneos de la Iglesia.
Una visión reformista
Grünwidl, nacido el 31 de enero de 1963 en Hollabrunn, se formó teológicamente en el seminario de Viena y ha estado profundamente involucrado en el trabajo pastoral a lo largo de su carrera. A lo largo de los años, ha manifestado su apoyo a la posibilidad de que el celibato sea opcional y ha abogado por un mayor reconocimiento del papel de las mujeres en la Iglesia.
En sus declaraciones, el nuevo arzobispo ha enfatizado que no busca que la Iglesia tome una postura política constante, sino que se exprese sobre cuestiones de dignidad humana y justicia social. En una reciente entrevista, destacó la importancia de ser un ser humano en el liderazgo eclesiástico, indicando que su enfoque se centrará en el acompañamiento pastoral y el diálogo con la comunidad.
Con su nombramiento, la archidiócesis de Viena inicia una nueva etapa bajo un liderazgo que, aunque no se caracteriza por ser un intelectual o un académico, presenta un compromiso firme con la pastoral y la apertura a nuevas ideas. Grünwidl se ha mostrado dispuesto a asumir el reto que implica su nuevo cargo, consciente de la responsabilidad que conlleva.