El deporte inclusivo ha alcanzado un nuevo hito en Navarra con el emocionante enfrentamiento entre el Club Deportivo El Molino y Aspace. En un partido correspondiente a la Liga FS5, El Molino se impuso por 2-6, logrando así su primera victoria de la temporada. Este encuentro es particularmente significativo, ya que es el único de la competición que enfrenta a dos equipos mixtos, compuestos por deportistas con y sin discapacidad.
Expectación y emoción en el derbi
La expectación para este derbi fue máxima en ambos clubes. Iker Vergara, entrenador y jugador de Aspace, compartió las dificultades que afrontó para gestionar la convocatoria, señalando que «se apuntaron 100 y la madre», lo que refleja el gran interés que genera este encuentro. Vergara aseguró que los partidos contra El Molino están «marcados en el calendario», destacando la importancia de estos choques.
Por su parte, Maider Osés, jugadora de El Molino, vivió el partido «con mucha emoción». Para ella, la cita fue «una ocasión marcada para todos», y el equipo contó con el apoyo de «un montón de profesionales y familiares». La ilusión se respiraba durante toda la semana previa al encuentro.
Un proyecto de inclusión real
La iniciativa del equipo de El Molino surge desde la sección de educación física del centro y su club deportivo. Según explicó Osés, el equipo está formado por alumnado del colegio, profesionales y algún familiar. El objetivo principal es «crear un contexto donde la inclusión sea real y dar la oportunidad a los chavales de participar en un entorno normalizado» que combine ocio, disfrute y aprendizaje para todos.
Osés, que también tiene experiencia en equipos de alto nivel en el fútbol sala femenino, destacó las diferencias entre ambas experiencias. Mientras que en su otro equipo el objetivo es ganar, en El Molino la meta es «disfrutar y pasarlo bien». Para ella, las sensaciones son distintas: «Si ganamos, pues, maravilloso, pero si no, me quedo con las caras de felicidad de todo el mundo». En este equipo se genera «un sentimiento de pertenencia» y las emociones son «muy reales».
Uno de los grandes objetivos de estos equipos es visibilizar la discapacidad entre el resto de la población. Iker Vergara, tras tres temporadas en la liga, ha notado cambios en la percepción de los rivales. Ha señalado que hay equipos que, al ver que los jugadores tienen dificultades, «les dejan un poquito más de espacio, juegan un poquito más tranquilos».
Como ejemplo positivo, Vergara mencionó al equipo Chano Goricho, que «les daban espacio para que pudieran jugar tranquilamente y se lo pasaran bien», sin dejar de competir. Tanto Aspace como El Molino demuestran cómo el deporte es una herramienta fundamental para unir, fomentar valores y promover el desarrollo personal.
El periodista Blas Arróniz, que ha seguido de cerca estas iniciativas, subrayó la importancia de que más personas se atrevan a «dar el paso de realizar una actividad inclusiva», demostrando que el nivel competitivo no es una barrera para la integración.
