El cóctel que lleva el nombre de una famosa estrella de la ópera de finales del siglo XIX tuvo su origen en el Bar Rochester de Nueva York en el año 1899. Esta mezcla se convirtió rápidamente en un símbolo de la época, alcanzando gran popularidad durante el Congreso del Partido Republicano celebrado en aquellos días en Filadelfia.
Se dice que, aunque el cóctel que conocemos hoy se popularizó en 1899, ya existía una versión similar en Texas años antes, con el nombre de Mixer and Server. Sin embargo, fue con la llegada del siglo XX cuando este cóctel destacó realmente en la cultura de la coctelería estadounidense, hasta que la Ley Seca lo relegó casi al olvido.
Recuperación del cóctel en los años 40
La receta original fue rescatada en 1940, aunque con un giro moderno, utilizando whiskies más ligeros. Con el tiempo, se fueron descubriendo versiones más accesibles que incorporaban ginger ale. Sin embargo, la tendencia actual en coctelería ha optado por emplear ginger beers artesanales, que se adaptan mejor a la mezcla con ciertos whiskies de malta o blends.
Para los aficionados a sabores más intensos, se recomienda el uso de un whisky de malta con marcados aromas a turba, lo que realza la experiencia de este cóctel clásico.
Ingredientes y elaboración
La receta del cóctel incluye los siguientes ingredientes:
- Whisky Black&White
- Zumo de limón
- Ginger Fever Tree
La preparación es sencilla: en un vaso, se añaden 15 ml de zumo de limón, 40 ml de whisky y se completa con ginger beer. Es crucial que todos los ingredientes estén muy fríos. Este cóctel se sirve con hielo y no requiere decoración adicional.
Así, el cóctel que comenzó como una bebida exclusiva en un bar neoyorquino ha llegado a ser una opción popular en la coctelería contemporánea, recordando su rica historia y su conexión con la cultura estadounidense.
