La inauguración de Crettino, un nuevo restaurante italiano en la Calle de las Cruces, 11, ha resucitado la tradición gastronómica de la legendaria pizzería Vesubio, cerrada en 2022. Emanuele Maddaloni, hijo del fundador, ha decidido continuar el legado familiar con un enfoque moderno y propuestas innovadoras que ya están llamando la atención de los amantes de la buena comida en Cimavilla.
El corazón de Crettino es su horno, del que emergen diariamente decenas de pizzas, todas ellas elaboradas al estilo napolitano y con una masa esponjosa y bien trabajada. Durante nuestra visita, probamos tres variedades de pizzas, destacando la Maddaloni, que combina provola ahumada, boletus, panceta rotollata y rúcula, una mezcla que sorprende por su equilibrio de sabores. También nos deleitamos con la pizza de pistacho y mortadela de Bolonia, igualmente recomendable.
Una carta diversa y sabrosa
La oferta de Crettino no se limita a las pizzas; la pasta es otro de sus grandes atractivos, con más de quince opciones en la carta. Desde platos con colmenillas hasta exquisitas combinaciones con trufa y bogavante, aunque este último, a 65 euros, se presenta como una opción un tanto elevada para un plato de pasta. Sin embargo, la calidad del producto es indiscutible, como se demuestra en la pasta fresca con rabo de vaca, que destaca por su perfecta cocción y una salsa sabrosa que acompaña a una carne bien elaborada.
El uso de ingredientes frescos se extiende también a los platos con berenjena, que se sirven tanto a la plancha como en forma de pisto, ambos muy logrados. Además, los aliños son un punto fuerte, especialmente en los carpaccios, donde el de gamba y aguacate resulta especialmente interesante, aunque el de bonito nos pareció algo blando en textura.
Un ambiente a mejorar
El ambiente del restaurante está marcado por un comedor que, aunque acogedor, puede volverse ruidoso en horas punta. Una mejora en la insonorización podría contribuir a una experiencia más agradable. A pesar de ello, el servicio es atento y eficiente, lo que suma puntos a la valoración general del establecimiento, que ha conseguido una calificación de Y de Yantar con 12,5 puntos.
Los postres, que incluyen clásicos como el tiramisú, los cannoli y el babà napolitano, también merecen una mención especial. Sin embargo, lamentablemente, en nuestra visita el babà estaba agotado, lo que sugiere que los platos se preparan en cantidades limitadas, garantizando frescura.
En resumen, Crettino se posiciona como un restaurante italiano interesante y prometedor en Cimavilla, que invita a regresar para disfrutar de su variada oferta gastronómica. Con un horno a la vista y mesas distribuidas en varios espacios, es recomendable llegar pronto, especialmente los fines de semana, ya que no se admiten reservas.
