La ría de Pontevedra ha sufrido un grave revés para el sector del marisqueo debido a la expansión de una marea roja que ha llevado al cierre definitivo de las actividades de recolección. Este fenómeno, causado por una toxina lipofílica, ha afectado no solo a las zonas de producción de mejillones, sino que ahora se extiende a las almejas, berberechos y otras especies que se capturan en esta área. El análisis de las muestras realizadas el pasado miércoles ha arrojado resultados preocupantes, lo que ha llevado a las autoridades a tomar medidas inmediatas, comunicando el cierre el jueves y aplicando un carácter retroactivo a la decisión.
Según Raquel Gómez, presidenta de las mariscadoras de a pie de la Cofradía de San Telmo, “la noticia sentounos mal, porque onte mércores traballouse ben e a ameixa tivera bo prezo en lonxa”. A pesar de ser conscientes del fenómeno de la toxina, mantenían la esperanza de evitar su expansión gracias a las condiciones climáticas favorables, que no se materializaron.
Impacto en el sector del marisqueo
El cierre afecta a más de 400 mariscadores que operan en el fondo de la ría, quienes se ven obligados a renunciar a los días de trabajo programados para esta semana. La primera de las nuevas analíticas se solicitó para el jueves, y si los resultados indican una disminución de la toxina, sería necesario un segundo análisis con resultados similares para que se reabran los polígonos afectados. En caso contrario, el periodo de espera para nuevas pruebas podría extenderse más de una semana.
Por otro lado, el sector de marisqueo a flote también se ha visto gravemente afectado, ya que las menos de diez embarcaciones que operan en la zona de Tambo han estado inactivas durante más de un mes debido a la escasez de capturas y los bajos precios de la almeja rubia. La prohibición de marisqueo, aunque les impacta, no altera sus previsiones laborales, dado que su actividad ya estaba paralizada.
Devolución de capturas y pérdidas económicas
El miércoles pasado, se capturaron aproximadamente 1 500 kilos de almeja y berberecho, además de varios ejemplares de navaja, que ahora deberán ser sometidos a análisis por los compradores. Si se detectan toxinas, estos productos deberán ser devueltos a la lonja, lo que representa una pérdida significativa para los mariscadores. Hasta ahora, se habían facturado cerca de 25 000 euros en la rula de Campelo por estas ventas.
El sector del marisqueo en la ría de Pontevedra se enfrenta a un futuro incierto, ya que la situación de la marea roja pone en riesgo no solo la actividad económica de los mariscadores, sino también la salud de los ecosistemas marinos en la región. La comunidad espera que las próximas pruebas analíticas ofrezcan un respiro en esta difícil situación.
