Aitana y Plex han sido captados disfrutando de un momento de ocio en el restaurante El Racó, ubicado en Sant Climent de Llobregat, el pueblo natal de la cantante. Tras su exitoso concierto el pasado sábado en el Estadio Olímpico Lluís Companys de Barcelona, la pareja se dejó ver paseando y degustando la gastronomía local, confirmando así los rumores sobre su relación.
Este encantador municipio, con una población de poco más de 4 000 habitantes, se sitúa a tan solo 15 kilómetros de la ciudad condal. El Racó, un restaurante de tradición familiar fundado en 1972 por Emili y María, ha ido evolucionando a lo largo de los años para ofrecer un servicio excepcional a sus comensales.
Un restaurante con historia y reconocimiento
Alberga un ambiente familiar y rústico, rodeado de naturaleza y cultivos, donde los visitantes pueden disfrutar de dos nuevos espacios: el celler y la terraza exterior, inaugurados en 2023. Gracias a su dedicación y esmero, El Racó ha sido galardonado con un Solete en la Guía Repsol y ha sido recomendado por la Guía Michelin, que lo describe como un «tesoro oculto».
En este acogedor establecimiento, los comensales pueden deleitarse con una cocina tradicional catalana que incluye especialidades como el Pollo de pata azul de la raza Prat, la Butifarra a la brasa o los Garbanzos de montaña con langosta. Además, en honor al producto estrella del pueblo, ofrecen imaginativos postres de cerezas en temporada, un guiño que resalta la creatividad del chef Gérard Solís, conocido como «el chef de las cerezas».
El impacto de la gastronomía local
La visita de Aitana y Plex a El Racó no solo destaca su amor por la gastronomía, sino que también pone de relieve la importancia de apoyar los restaurantes locales que han sabido adaptarse y prosperar a lo largo de los años. En un momento en que la cultura culinaria está en auge, establecimientos como El Racó se convierten en referentes de la cocina catalana, enriqueciendo la oferta gastronómica de la región.
Con su reciente popularidad, Aitana y Plex no solo disfrutan de una relación amorosa, sino que también se convierten en embajadores de la gastronomía de su tierra, promoviendo un estilo de vida que valora la buena comida y la tradición familiar.
