Corea del Sur y Estados Unidos han formalizado un acuerdo comercial que promete transformar las relaciones económicas entre ambos países. Este tratado, anunciado el miércoles, contempla la reducción de aranceles a las importaciones surcoreanas a cambio de una inversión significativa de Seúl en territorio estadounidense.
El portavoz del Gobierno surcoreano, Kim Yong-beom, ha detallado que el compromiso de inversión asciende a 350.000 millones de dólares (aproximadamente 300.564 millones de euros), de los cuales 200.000 millones de dólares (unos 171.751 millones de euros) se destinarán a pagos en efectivo. Los restantes 150.000 millones de dólares (alrededor de 128.813 millones de euros) serán utilizados para fomentar la cooperación en la industria naval.
Detalles del Acuerdo Comercial
Una de las características más destacadas de este acuerdo es el establecimiento de un límite anual de 20.000 millones de dólares (aproximadamente 17.175 millones de euros), diseñado para proteger el equilibrio del mercado de divisas coreano. Las empresas surcoreanas liderarán tanto los proyectos navales como las inversiones directas y los respaldos a préstamos.
En contrapartida, Estados Unidos ha acordado reducir los aranceles sobre productos coreanos, disminuyendo del 25% al 15% los impuestos aplicados a automóviles. Además, los semiconductores estarán sujetos a aranceles similares a los impuestos a los productos provenientes de Taiwán. Otras categorías, como piezas aeronaúticas, medicamentos genéricos y materias primas, quedarán exentas de aranceles, lo que representa un avance significativo para el comercio bilateral.
Implicaciones y Cláusulas de Salvaguarda
El acuerdo también incluye un tratamiento preferencial para las importaciones de productos farmacéuticos y de madera, que recibirán el estatus de ‘nación más favorecida’. Ambas naciones han acordado incorporar el concepto de “racionalidad comercial” en el documento, lo que asegura un reparto equitativo de los beneficios hasta recuperar la inversión inicial.
Kim Yong-beom ha señalado que el objetivo es mejorar las condiciones para las empresas que acceden al mercado estadounidense y garantizar un entorno de exportación más favorable que el de otros países. Además, se ha establecido una cláusula de salvaguarda que exige nuevas consultas si Estados Unidos demanda mayores inversiones sin una revisión adecuada por parte de una comisión bilateral.
Este entendimiento llega en un momento clave, coincidiendo con la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), donde se anticipan reuniones bilaterales significativas entre los líderes de Estados Unidos y China. La importancia de este acuerdo podría tener repercusiones a largo plazo en la dinámica comercial de la región y más allá.
