Un reciente episodio del podcast británico Quick Stop F1 ha desatado una ola de controversia tras realizar una crítica feroz hacia Fernando Alonso y su base de aficionados. En el capítulo titulado “Fernando Alonso, 18 años esclavo del odio”, los presentadores no han dudado en expresar su disconformidad con el piloto asturiano y sus seguidores, a quienes han calificado de «los más racistas» de la Fórmula 1.
Alonso, que logró convertirse en bicampeón del mundo con Renault en 2005 y 2006, ha conseguido aglutinar un gran número de seguidores a lo largo de su carrera. Sin embargo, según Thandie Sibanda, uno de los presentadores del podcast, la afición alonsista se caracteriza por un extremismo que resulta preocupante. “Sus fans son los ‘boomers’ y ‘millennials’ mayores, por lo que su racismo es el del dinero”, afirma Sibanda, quien va más allá al relacionar a los aficionados del piloto con prácticas racistas como el ‘blackface’.
Controversia histórica y rivalidades
La rivalidad entre Alonso y Lewis Hamilton ha sido un tema recurrente en la F1 desde 2007, cuando ambos compartieron equipo en McLaren. Un episodio vergonzoso en Montmeló durante los entrenamientos de pretemporada de 2008, donde un grupo de aficionados insultó racialmente a Hamilton, dejó una mancha en la reputación de la afición alonsista. La FIA condenó estos actos y advirtió sobre posibles sanciones si se repetían.
A pesar de que la afición de Alonso es muy numerosa y no se ha destacado por comportamientos racistas, Sibanda sostiene que es importante visibilizar esta problemática. “Es ridículo que (Alonso) nunca haya salido a decir que esto está mal”, añade, subrayando la necesidad de que el piloto se pronuncie sobre el racismo que se ha asociado a su afición.
La lucha contra el racismo en el deporte
El racismo y el deporte son conceptos que no deberían coexistir. La FIA y la Fórmula 1 han trabajado intensamente para erradicar comportamientos irrespetuosos en sus eventos. La política de tolerancia cero se ha mantenido firme a lo largo de los años, aunque episodios aislados como el de 2008 han provocado daños significativos a la imagen de la afición española y del país en general.
Si bien la existencia de casos aislados es innegable, no se han registrado situaciones similares en las siguientes carreras celebradas en España. La comunidad de aficionados al motor continúa disfrutando de la competición, pero la crítica planteada por Quick Stop F1 invita a una reflexión profunda sobre cómo se percibe y se actúa ante el racismo en el deporte, recordando que todos los aficionados no son iguales, pero que el comportamiento de algunos puede ensuciar la imagen de muchos.
