La reciente escalada de violencia en Gaza ha llevado a Donald Trump a reafirmar su apoyo a la campaña militar del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, contra la organización terrorista Hamás. Este respaldo se produce tras un ataque aéreo israelí en Doha, capital de Qatar, donde se encontraban líderes de Hamás, lo que subraya la falta de intención de Netanyahu de cesar las hostilidades en la región hasta que la organización sea completamente desmantelada y se liberen todos los rehenes israelíes.
El 9 de octubre de 2023, Israel lanzó un ataque a la cúpula de Hamás en Catar, lo que provocó una reacción inmediata de la Administración Trump, que había instado a Netanyahu a aceptar un alto el fuego. Según el último acuerdo propuesto por el enviado especial de Trump, Steve Witkoff, se esperaba la liberación de 48 rehenes a cambio de la liberación de entre 2 500 y 3 000 prisioneros palestinos.
“Estamos trabajando en una solución que puede ser muy buena”, comentó Trump, aunque evitó dar detalles adicionales. Sin embargo, el optimismo en Washington se vio empañado por la falta de disposición de Hamás para aceptar el acuerdo, lo que ha generado preocupación en la comunidad internacional.
Desafíos en la negociación y la respuesta de Hamás
La reciente declaración de líderes occidentales, como el presidente francés Emmanuel Macron y el primer ministro británico Keir Starmer, sobre el reconocimiento de un Estado palestino ha sido interpretada por Hamás como una victoria, lo que ha complicado aún más las negociaciones. Ghazi Hamad, un alto cargo de Hamás, afirmó que la situación actual demuestra que “la victoria sobre Israel no es imposible”.
En medio de esta tensión, Trump lanzó una advertencia a Hamás a través de sus redes sociales, señalando que no habría más oportunidades si no aceptaban el acuerdo propuesto. En respuesta, Hamás llevó a cabo un ataque terrorista en Jerusalén, que resultó en la muerte de seis civiles israelíes, lo que provocó que Netanyahu intensificara sus bombardeos sobre los líderes de Hamás en Qatar.
La postura de Netanyahu y la falta de comunicación con EE.UU.
A pesar de la presión de la Administración Trump, Netanyahu ha mostrado una determinación firme en continuar su ofensiva militar. La falta de aviso previo sobre el ataque a Doha ha generado descontento en Washington, donde Trump expresó su frustración por no haber podido detener la acción militar. “Era demasiado tarde para detener el ataque”, declaró el ex presidente.
Sin embargo, la Administración Trump parece comprender que la decisión de Netanyahu de actuar contra Hamás, incluso en un país que les ofrece refugio, es un indicativo de su compromiso por “acabar el trabajo” en Gaza. Esta situación plantea interrogantes sobre cómo proceder ante cualquier futura negociación de alto el fuego.
En última instancia, mientras Hamás mantenga su intransigencia y su negativa a desarmarse, es probable que Netanyahu ignore las demandas de un alto el fuego prematuro. Tal acción solo beneficiaría a Hamás, permitiendo que mantengan su capacidad de chantaje. La perspectiva de lograr la paz en Gaza depende de la disposición de ambas partes a dialogar, pero hasta ahora, la situación se encuentra estancada.
Si la Administración Trump realmente busca una solución duradera en Gaza y por extensión en la región, es crucial que continúe apoyando las acciones de Israel contra la infraestructura terrorista de Hamás, en lugar de promover acuerdos que la organización no tiene intención de aceptar.