Las acciones de Polestar han experimentado una notable caída del 13,5% al inicio de la sesión bursátil en Estados Unidos este miércoles. Este descenso se produce tras el anuncio de un aumento en las pérdidas de la compañía durante el primer semestre de 2023, que se han duplicado en comparación con el mismo periodo del año anterior, alcanzando un déficit de 1.193 millones de dólares (1.024 millones de euros).
A pesar de este panorama adverso, Polestar ha reportado algunos indicadores positivos. Los ingresos de la compañía sueca han aumentado un 56,5% interanual, llegando a 1.423 millones de dólares (1.221 millones de euros). Este crecimiento ha sido impulsado principalmente por un mayor volumen de ventas, resultado de su transición hacia un modelo de venta más activo.
Crecimiento en un mercado competitivo
La participación creciente de los modelos Polestar 3 y Polestar 4, de precio más elevado, también ha contribuido a este incremento de ingresos en un mercado considerado «competitivo y desafiante». Sin embargo, los costes asociados a las ventas se incrementaron un 128%, alcanzando los 2.126 millones de dólares (1.825 millones de euros). Esta subida se debe, en gran parte, al gasto por deterioro no monetario del Polestar 3 y a los costos de producción incrementados de los modelos Polestar 3 y Polestar 4.
El resultado bruto de explotación (Ebitda) ajustado también se situó en negativo, alcanzando los 302 millones de dólares (259 millones de euros), aunque esto representa una reducción del 30,3% respecto al primer semestre de 2022. Asimismo, el resultado operativo presentó cifras negativas, alcanzando los 1.096 millones de dólares (941 millones de euros), lo que implica un incremento del 130% en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Con estos resultados, Polestar se enfrenta a un reto significativo para mantener su competitividad en el sector automotriz, donde la presión por mejorar la rentabilidad es cada vez mayor.
