El rescate de Air Europa se formalizó en una serie de reuniones reservadas entre el Gobierno de Pedro Sánchez y directivos de Globalia, que se llevaron a cabo en Madrid a principios de 2021. Estos encuentros, que permitieron establecer las condiciones para liberar los 235 millones de euros pendientes de entrega a la aerolínea, se desarrollaron en la residencia oficial del exministro de Transportes, José Luis Ábalos.
Los correos internos recientemente revelados por The Objective muestran que el acuerdo final se selló tras una reunión clave en la casa de Ábalos, donde participaron la entonces ministra de Economía, Nadia Calviño, el CEO de Globalia, Javier Hidalgo, y otros asesores del grupo turístico. Durante este encuentro, se definieron los requisitos que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) imponía para autorizar el desembolso de los fondos.
Las condiciones del rescate
El 25 de enero de 2021 ya existía un acuerdo para la segunda parte de la ayuda pública, tras el visto bueno a un paquete total de 475 millones de euros por parte de la SEPI. La situación económica de Air Europa era extremadamente delicada, ya que la compañía había recibido 240 millones de euros en noviembre de 2020 y aún aguardaba el resto de la ayuda. Las negociaciones que desbloquearon este segundo tramo se llevaron a cabo en el domicilio de Ábalos, quien actuó como intermediario entre la cúpula de Globalia y el Ejecutivo.
Según los correos, la liberación de los fondos estaba supeditada al nombramiento de un nuevo consejero delegado propuesto por el Estado, elección que recayó en Valentín Lago. A pesar de las dudas dentro de Globalia, su aceptación fue vista como clave para liberar los fondos. Un mensaje de Lago, enviado a Ramiro Campos, responsable jurídico del grupo, detallaba las condiciones de su contrato, que incluía un salario fijo de 300.000 euros y una parte variable relacionada con la fusión entre Air Europa e Iberia.
El papel de Begoña Gómez
Una de las dimensiones más sensibles de este rescate es la intervención de Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno. Su participación en las gestiones ha sido más significativa de lo que se había reconocido hasta ahora. Anteriormente, se había informado sobre reuniones que Gómez mantuvo en 2019 en San Petersburgo con Hidalgo y Víctor de Aldama, relacionadas con actividades de la Organización Mundial del Turismo, donde Globalia buscaba apoyo para resolver deudas internas.
Durante la crisis económica de 2020, Gómez continuó en contacto con responsables de Globalia a través de eventos vinculados al sector turístico. Su presencia en esos momentos críticos ha llevado a muchos a considerar que su cercanía con los responsables políticos facilitó una tramitación más rápida del rescate. Con Globalia en una situación límite, la influencia de la esposa del presidente se ve como un factor determinante que impulsó la operación.
