Los comercios en España han sufrido pérdidas significativas debido a robos, errores administrativos y fraudes de proveedores, alcanzando un total de 2 817 millones de euros en el último año. Esta cifra representa el 1,1% de la facturación del sector de la distribución comercial, evidenciando un problema estructural que afecta gravemente al comercio minorista en el país. Estos datos provienen del Barómetro del Hurto en la Distribución Comercial 2025, elaborado por la consultora NIQ en colaboración con Checkpoint Systems y la Asociación de Empresas del Gran Consumo (AECOC).
La denominada pérdida desconocida, que incluye hurtos, fraudes y errores, se desglosa en un 77% de robos. De estos, el 59% son hurtos externos, cometidos por clientes o intrusos, y un 18% son hurtos internos, realizados por empleados. Los restantes 15% obedecen a errores administrativos y un 9% a fraudes de proveedores. Esta situación ha llevado a miles de incidentes diarios en establecimientos de todo tipo, desde supermercados hasta tiendas de ropa, generando una creciente tensión en el ambiente comercial.
El aumento de la violencia y la reincidencia
El impacto del robo no solo se traduce en pérdidas económicas, sino también en un aumento alarmante de la violencia. El informe revela que un 74% de los comercios ha experimentado un incremento de la agresividad verbal o física por parte de los infractores. Además, un 65% de los empresarios reconoce dificultades para encontrar vigilantes de seguridad dispuestos a trabajar en entornos cada vez más tensos. Los empresarios han comenzado a percibir el robo como una práctica planificada y recurrente, en lugar de un acto aislado.
La mayoría de los hurtos está vinculada a delincuentes multirreincidentes, que representan el 51% de los casos. Sorprendentemente, casi la mitad de estos reincidentes (un 48%) tiene menos de 30 años. Además, un 35% de los hurtos es obra de bandas organizadas que operan con fines lucrativos, robando artículos de alto valor para revenderlos en mercados paralelos o digitales.
Los artículos más robados y las estrategias de seguridad
El estudio también señala los productos más robados en España. En la categoría de alimentación, el aceite de oliva se ha convertido en el artículo más codiciado, debido a su alto valor y la inflación que lo ha colocado en una categoría casi de lujo. Otros productos de alimentación que sufren robos son las conservas, embutidos y quesos. En el ámbito de la tecnología, los auriculares lideran la lista de los artículos más robados, seguidos de smartphones y ordenadores portátiles.
Para combatir el aumento del hurto, el 100% de los establecimientos ha implementado medidas de seguridad, como cámaras de vigilancia y antenas antihurto. Un 48% ha incorporado tecnología RFID para rastrear los productos y analizar datos en tiempo real sobre su movimiento en la tienda. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, el problema persiste, con hurtos cada vez más frecuentes y costosos.
El Barómetro concluye que detrás de cada botella de aceite o colonia robada se encuentra un fenómeno social complejo, donde la inflación, la precariedad económica y la facilidad de revender productos robados en plataformas digitales son factores determinantes. Este escenario ha transformado los robos ocasionales en una práctica sistemática, lo que exige una colaboración efectiva entre empresas, instituciones y fuerzas de seguridad para abordar el problema de manera integral.
