Los cachorros de lince ibérico, Wolf, Wonder, Wendy y Vírula, han sido liberados en una cerca de adaptación en el Parque Nacional de Monfragüe, en Cáceres, donde comenzarán su aprendizaje para sobrevivir en la naturaleza junto a su madre adoptiva, Flora. Estos cuatro ejemplares, que quedaron huérfanos hace unos meses, inician así una nueva vida tras haber sido rescatados y cuidados en un centro especializado.
Puebla, director general de Sostenibilidad, enfatizó durante la suelta que «no queremos linces en zoológicos, queremos linces libres, como siempre han sido». Este proyecto cuenta con el apoyo de fondos europeos LIFE Plus y tiene como objetivo la recuperación del lince ibérico en su hábitat natural.
Un rescate emocionante
Wolf, Wonder y Wendy quedaron huérfanos tras la muerte de su madre Urava, atropellada cerca de Navalmoral de la Mata, mientras que Vírula perdió a su madre Sirfi en un accidente en el Valle de Matachel. Ambos incidentes ocurrieron con menos de un mes de diferencia. Gracias a los collares de radiofrecuencia que llevaban las madres, se logró localizar a las crías y trasladarlas al Centro de Cría en Cautividad de Zarza de Granadilla, donde fueron alimentadas con biberón y posteriormente reunidas con Flora, quien las ha cuidado como si fueran suyas.
«Ha sido una experiencia absolutamente asombrosa ver cómo Flora los acogió, les enseñó a cazar conejos y otros animalillos», destacó Germán Puebla, quien también mencionó que se podrá observar la interacción entre los linces gracias a los collares que llevan puestos.
Retos y esperanzas para la especie
Desde 2014, cuando comenzó la reintroducción del lince ibérico en Extremadura, se han contabilizado más de 60 atropellos hasta 2023. Este alarmante dato llevó al agente del Medio Natural, Pedro Gómez, a solicitar a las administraciones que refuercen los vallados en las carreteras para evitar más muertes. En dos años, 15 linces han fallecido en la región.
A pesar de estos desafíos, el lince ibérico (Lynx pardinus) ha dejado de estar catalogado como especie en extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), aunque sigue siendo considerada «vulnerable». Según un informe del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), en 2024 se registraron 2 401 ejemplares en España y Portugal, un incremento del 19% respecto al año anterior, lo que sugiere que los esfuerzos de conservación están dando resultados.
En una reciente reunión en el Ayuntamiento de Bohonal de Ibor, Puebla explicó a agricultores, ganaderos y cazadores cómo actuar ante avistamientos de linces en libertad, subrayando la importancia de la coexistencia entre humanos y fauna salvaje. La recuperación del lince ibérico es un símbolo de la conservación de la biodiversidad en España, y la liberación de estos cuatro cachorros representa una esperanza renovada para la especie.
