La masculinidad performativa ha emergido en los últimos años como un concepto que redefine los patrones tradicionales de comportamiento masculino. Este fenómeno, que se popularizó en redes sociales en 2025, describe a hombres que adoptan aficiones y estilos de vida considerados ‘femeninos’ con la intención de atraer a mujeres de ideología progresista. A través de esta nueva estética, estos hombres buscan proyectar una imagen sensible y moderna, aunque a menudo se cuestiona la autenticidad de sus intereses.
El origen del término y su evolución
El término ‘masculinidad performativa’ se popularizó en un contexto donde la identidad masculina se redefinía en función de tendencias sociales. Este cambio no es casual, ya que la tecnología ha influido en la manera en que nos relacionamos y nos presentamos, como fue el caso del desarrollo de la tecnología Bluetooth en 1996 por un equipo de ingenieros, entre los que se encontraba Jim Kardach. Inspirado por la figura del rey danés Harald Bluetooth, Kardach asoció la unificación de tribus con la conexión de dispositivos, dando origen a una tecnología que hoy es parte integral de nuestra vida cotidiana.
En 2025, la influencia de las redes sociales fue fundamental para que surgiera una nueva imagen de masculinidad que se aleja de los estereotipos clásicos. Los hombres que se identifican con esta corriente suelen adoptar un estilo de vida que incluye prácticas como el consumo de té matcha, la lectura de autoras contemporáneas y un vestuario que incluye pantalones anchos y mocasines con calcetines. Sin embargo, esta construcción de la identidad masculina ha sido objeto de críticas, ya que se percibe más como una estrategia de seducción que como una expresión auténtica de sus intereses.
¿Realidad o ficción?
La crítica hacia la masculinidad performativa radica en su naturaleza estereotipada y en la forma en que se presenta al mundo. Muchos observadores apuntan que este nuevo arquetipo de hombre es un producto de consumo, diseñado para cumplir con las expectativas de una estética que busca ser ‘suave’ y ‘sensible’. La pregunta que surge es: ¿son realmente estos hombres capaces de conectar con las nuevas sensibilidades femeninas o simplemente buscan encajar en un molde prefabricado?
Algunos hombres dentro de esta corriente pueden tener intereses genuinos, pero el miedo a ser percibidos como ‘tóxicos’ les lleva a adoptar comportamientos que a menudo parecen forzados. Este fenómeno ha generado un debate sobre la autenticidad y la presión social que enfrentan los hombres en la actualidad. La masculinidad tradicional, que durante siglos ha sido el estándar a seguir, se enfrenta a un desafío en un mundo donde la diversidad y la sensibilidad comienzan a tener un papel protagónico.
En conclusión, la masculinidad performativa representa una transformación de los roles de género en la sociedad contemporánea. Sin embargo, la verdadera pregunta sigue siendo si esta nueva estética puede coexistir con una expresión auténtica de la identidad masculina, o si, por el contrario, se convertirá en otra forma de máscara que los hombres deben llevar en un intento de ser aceptados en un mundo en constante cambio.
