domingo, diciembre 07, 2025

La historia oculta de Emilio Tuya y el campo del Molino

La calle del Molino revela secretos sobre Emilio Tuya y el antiguo campo de fútbol de Gijón.
por 5 diciembre, 2025
Lectura de 2 min

La calle del Molino en Gijón, que conecta el arenal de San Lorenzo con el antiguo molino de Ceares, lleva el nombre de Emilio Tuya, quien fue alcalde de la ciudad entre 1926 y 1930 y director de la Aduana de Gijón. Su legado se extiende más allá de su función política, ya que la calle también evoca la historia del antiguo campo de fútbol que ocupaba parte de esta vía.

Este campo, ubicado en una manzana entre las calles La Playa y Premio Real, fue parte de un proyecto más amplio que se gestó en 1919. La sociedad Masaveu y Compañía se encargó de cerrar la parcela para su uso deportivo. Sin embargo, el proceso estuvo marcado por contradicciones y dudas sobre la autoría del diseño, ya que el arquitecto Camilo Gardelle, conocido a nivel internacional, era difícilmente compatible con la construcción en Gijón en ese momento.

Un legado deportivo y arquitectónico

En la memoria de la ciudad, el campo de fútbol fue un punto de encuentro para clubes semiprofesionales y equipos «callejeros» que competían en la zona. Equipos como el Arenal y otros de La Florida hicieron de este lugar su hogar hasta que dejó de usarse en 1942, momento en el que se transformó en un espacio para el juego de bolos. Este terreno, que albergó también el antiguo Instituto Jovellanos, fue diseñado por José Avelino Díaz y Fernández-Omaña, con la colaboración del arquitecto Félix Candela, quien se destacó posteriormente por sus innovadoras estructuras de hormigón armado.

El Grupo Covadonga, fundado en 1935, se estableció en una finca cedida por Dionisio Cifuentes, conocida como La Huerta, y en este mismo espacio se construyeron vestuarios y otras instalaciones deportivas. Con el tiempo, el campo se diversificó, incorporando una cancha de baloncesto y varias canchas de tenis, hasta que en 1962 se inauguró la piscina que se convirtió en un referente para los gijoneses.

Recuerdos de un pasado vibrante

El ambiente de la zona también incluía la famosa ferretería de Gregorio Alonso, así como el velódromo y gimnasio construido por los hermanos Marceliano y Jesús de la Cuesta entre 1895 y 1898. Este último, además de ser un espacio deportivo, sirvió como escuela para niños del barrio y, más tarde, como colegio para niñas. La Fábrica del Gas, erigida en 1869, también formó parte de la historia de la calle, siendo absorbida por Hidroeléctrica del Cantábrico en 1942 y finalmente demolida en 1991.

El legado de la calle del Molino va más allá de sus instalaciones deportivas; es un reflejo de la evolución de Gijón y de las distintas actividades que han marcado su historia. Desde los restaurantes emblemáticos hasta las antiguas heladerías, cada rincón guarda secretos que merecen ser recordados. A medida que la ciudad avanza, es crucial no olvidar las raíces que han construido su identidad.

Redacción

Equipo editorial especializado en actualidad ibérica, economía y política. Información rigurosa y análisis profundo de España y Portugal las 24 horas del día.

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