La herencia de Montserrat Caballé, una de las sopranos más icónicas del siglo XX, sigue envuelta en polémica siete años después de su fallecimiento en octubre de 2018. A pesar de haber acumulado un patrimonio estimado en 30 millones de dólares a lo largo de su carrera, el destino de parte de esa fortuna continúa siendo un enigma, especialmente tras conocerse el inminente desahucio de su hermano Carlos, quien fue su representante artístico durante décadas.
La situación se complica con el creciente distanciamiento entre los miembros de la familia Caballé, revelando viejas rencillas y una gestión desigual del legado que la soprano quiso proteger a través de la Fundación Montserrat Caballé. Esta fundación, que debería ser el bastión de su legado artístico, enfrenta actualmente un desahucio por impago de más de 41 000 euros, lo que pone en entredicho la continuidad de sus proyectos.
Familia dividida y tensiones internas
La figura de Carlos Caballé, hermano menor de Montserrat, ha cobrado protagonismo en este drama familiar. A sus 81 años, vive con menos de 1 000 euros al mes y enfrenta una orden judicial de desahucio. Su abogado ha solicitado una suspensión del lanzamiento argumentando vulnerabilidad social, lo que refleja la crítica situación que atraviesa.
Mientras tanto, su hija, Montserrat «Montsita» Martí Caballé, ha mantenido un perfil bajo en la gestión de la fundación. Aunque ejerce como administradora de un importante activo patrimonial, su implicación pública ha sido escasa y no ha hecho declaraciones sobre la difícil situación de su tío. Esta falta de respuesta ha sido interpretada como un síntoma del profundo distanciamiento familiar que se ha agravado en los últimos años.
Por su parte, Bernabé Martí Jr., el hermano menor de Montsita, también se ha mantenido alejado del foco mediático. Su inacción ante los problemas financieros que afectan a la fundación sugiere un clima de desconexión en el seno de la familia, lo que ha llevado a muchos a cuestionar su capacidad para mantener el legado de su madre.
Un legado en riesgo y testimonios impactantes
El reciente testimonio de Carlos, un sobrino-nieto de la soprano, añade una nueva dimensión al conflicto familiar. Este joven, de 25 años, ha afirmado que su familia se ha desentendido de él desde la separación de sus padres, lo que ha generado un sentimiento de abandono. Carlos reclama más de 70 000 euros en pensiones alimenticias impagadas, lo que pone de manifiesto las profundas heridas generacionales en el clan Caballé.
La situación actual de la Fundación Montserrat Caballé es crítica. Se creó con el propósito de preservar el legado artístico de la soprano, pero atraviesa una crisis estructural marcada por la falta de coordinación entre los herederos, el silencio ante el desahucio y la ausencia de recursos de emergencia. Esta división, tanto operativa como emocional, pone en peligro no solo los bienes materiales, sino también la continuidad de la obra y la figura de Montserrat Caballé, cuya voz resonará siempre en la historia de la música.
Si no se produce un cambio en la gestión del legado, así como una reconciliación interna entre los miembros de la familia, el futuro de la Fundación y, por ende, el legado de una de las voces más poderosas del siglo XX, podría perderse entre pleitos y silencios.
