La bioincubadora de alta tecnología en ciencias de la vida que se construirá en La Corredoria, Oviedo, comenzará sus obras antes de que finalice el año. Este proyecto, que culminará en 2027, tiene como objetivo generar hasta 115 nuevos empleos, de los cuales 50 serán directos y 65 indirectos, además de apoyar a 15 empresas y asesorar a 35 más.
La iniciativa busca desarrollar productos y servicios innovadores en el ámbito sanitario alineados con los principios de la industria 5.0. Según el Ejecutivo regional, todo está preparado para que este proyecto se materialice en breve, consolidando así la aspiración de Oviedo de convertirse en «la gran capital biosanitaria del norte».
Necesidad de una actuación integral
El actual edificio del Vivarium, que lleva en funcionamiento desde 2011, presenta serias limitaciones debido a la antigüedad de sus equipos y la obsolescencia de sus instalaciones. El proyecto básico y de ejecución de la reforma parcial, elaborado por Runitek Ingenieros, especifica que será necesaria una «actuación integral» en el ala este del edificio, lo que implica que no se pueden aprovechar partes del sistema de climatización, ventilación o iluminación existentes.
La superficie aproximada a remodelar es de 678 metros cuadrados, abarcando tanto la planta bajo rasante como la planta baja. Las obras se llevarán a cabo en dos fases, comenzando con un espacio de coworking de aproximadamente 50 metros que estará listo en un plazo de solo tres semanas, mientras que el resto de la bioincubadora requerirá unos 21 semanas para su culminación.
Refuerzo del sector biosanitario
El nuevo centro incluirá además dos laboratorios, salas blancas y oficinas, así como la remodelación de una superficie de 338 metros cuadrados en la planta semisótano para crear tres almacenes, una sala de escalado a producción y una sala de cultivos celulares. Este espacio será fundamental para el desarrollo de nuevos fármacos y fortalecerá las raíces del sector biosanitario en Asturias.
El director de Sekuens, David González, hizo hincapié en la importancia de no depender de otros países para los procesos de regulación, resaltando la necesidad de contar con químicos, físicos y biólogos que puedan trabajar localmente con los recursos adecuados. La bioincubadora no solo impulsará la innovación, sino que también contribuirá a crear un entorno propicio para el desarrollo empresarial en la región.
Este proyecto se enmarca dentro de una serie de iniciativas que buscan atraer inversiones y fortalecer el ecosistema de salud en Oviedo, consolidando así la visión de un futuro más próspero para la capital asturiana, tal y como destacó el presidente del Principado, Adrián Barbón, durante la colocación de la primera piedra del nuevo Instituto de Productos Lácteos (IPLA) en mayo de este año.
Con la bioincubadora en marcha, se espera que Oviedo fortalezca su posición como un referente en el ámbito biosanitario, donde la investigación y la innovación jugarán un papel crucial en el desarrollo económico de la región.