El próximo 5 de octubre de 2023, el mundo rural zamorano se unirá a la manifestación de la Revuelta de la España vaciada en Madrid, un evento que contará con la participación de más de 400 colectivos, entre ellos la Coordinadora Rural Zamora. La convocatoria, bajo el lema «Salvemos el mundo rural agredido», busca visibilizar la situación crítica que enfrenta el medio rural, donde se denuncia la falta de servicios públicos y la imposición de macroproyectos energéticos.
Según Chema Mezquita, presidente de la Coordinadora, «nos sobran los motivos para acudir» a esta manifestación. La provincia de Zamora ha sido testigo de cómo, «sábado tras sábado», se reivindica una sanidad rural digna mientras la gestión forestal deja en el olvido a tierras como Aliste, Tábara, Alba, Los Valles, La Carballeda, Sayago y Sanabria. En esta última, además, se están perdiendo las conexiones de alta velocidad, lo que agrava aún más la situación.
Un grito de desesperanza
La situación se torna más crítica cuando se menciona la «desesperanza» de los vecinos de Aliste y Alba ante la falta de avances en la mejora de la Nacional 122, un proyecto que parece no tener fin. Además, la Coordinadora señala el caso del campamento de Montelarreina, que espera «lentos avances» en su desarrollo. También se alude a los proyectos de biogás que buscan establecerse en Tierra del Pan, Tierra del Vino, Campos, Toro y Los Valles, provocando aún más inquietud entre los residentes.
La Coordinadora Rural Zamora se pregunta retóricamente: «¿Necesitamos más motivos?» para asistir a la movilización. Este año, la manifestación cambiará su itinerario habitual, comenzando a las 12:00 horas en la Plaza de Carlos V (Atocha) y finalizando en la plaza de Cibeles. Allí se llevará a cabo la lectura de un manifiesto que evaluará «lo poco o nada que se ha avanzado desde que en 2019 la Revuelta de la España vaciada saliera a las calles» y se abordarán las distintas reivindicaciones de los colectivos participantes.
Un cartel simbólico
El cartel que acompaña el evento presenta un mapa de España, donde, a excepción de la comunidad de Madrid, se observa un paisaje fracturado por enormes clavos, simbolizando las agresiones que sufren los territorios del mundo rural. Esta imagen se convierte en un poderoso recordatorio de la lucha que enfrenta el medio rural en su búsqueda por ser escuchado y atendido.
La manifestación del 5 de octubre se perfila así como un momento crucial para que las voces del mundo rural se escuchen en la capital, con la esperanza de que finalmente se tomen en cuenta sus demandas y se frene el avance de un modelo de desarrollo que amenaza su existencia.
