El Ayuntamiento de Crevillent ha hecho públicos los días festivos locales para este año, aprobando el 2 de abril (Jueves Santo) y el 5 de octubre, coincidiendo con las tradicionales Fiestas Patronales y de Moros y Cristianos. Esta decisión, que se llevó a cabo durante el pleno municipal, ha sido presentada como un acto de unanimidad política; sin embargo, su aprobación ha generado controversia al ignorar la propuesta de la Federación de Cofradías y Hermandades de Semana Santa de Crevillent.
La Federación, que tiene un carácter religioso y cuyo presidente es nombrado por el obispo a propuesta de la asamblea, había sugerido una innovadora alternativa centrada en el Miercoles Santo. Esta propuesta contaba con el apoyo del párroco de la parroquia Nuestra Señora de Belén, Joaquín Carlos, quien argumentaba que era el momento de cambiar la tradición. A pesar de ello, el pleno decidió mantener la fecha de Jueves Santo, que se ha celebrado de manera histórica en la localidad.
Controversia en el proceso de decisión
A pesar de que el Consistorio expuso la unanimidad en su nota de prensa, la realidad es que la decisión fue adoptada en contra de la opinión de al menos una entidad clave en la tradición local. La Federación de Cofradías, que representa a diversas hermandades de la Semana Santa, había pedido un debate más amplio y una consideración más profunda de su propuesta, pero su sugerencia fue desestimada. Esto ha suscitado críticas entre algunos sectores de la población, que consideran que la decisión no refleja el sentir general de la comunidad.
El hecho de que el pleno haya optado por una decisión tan crucial sin tener en cuenta las opiniones de la Federación plantea interrogantes sobre el proceso de toma de decisiones en el ámbito municipal. La situación ha llevado a un debate sobre la importancia de incluir a todas las partes interesadas en discusiones sobre aspectos que afectan a la cultura y la tradición de Crevillent.
Reacciones de la comunidad
Las reacciones no se han hecho esperar. Miembros de la Federación de Cofradías han expresado su decepción, argumentando que la Semana Santa es un patrimonio cultural y religioso que debería ser respetado y debatido con todos los actores implicados. Por otro lado, algunos ciudadanos apoyan la decisión del Ayuntamiento, afirmando que mantener las tradiciones es fundamental para la identidad de Crevillent.
Así, el conflicto entre la tradición y la innovación en la celebración de las festividades de Crevillent continúa, dejando abierta la puerta para futuros debates y discusiones en torno a la identidad cultural y religiosa de la localidad.