La situación demográfica en España se encuentra en un punto crítico, con un tercio de todos los niños nacidos en el país (33,2%) siendo hijos de madres extranjeras. Este dato, extraído de los microdatos de nacimientos registrados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), refleja un cambio significativo en la composición demográfica que ya se ha consolidado en las cifras nacionales.
Un país en declive demográfico
La realidad es que España vive el peor balance entre nacimientos y muertes de su historia moderna. En 2022, solo 212.030 bebés nacieron de madres nacidas en España, lo que supone un desplome del 69,2% respecto a 1976. Este descenso ha llevado a los demógrafos a calificar la situación como un mínimo que no se había visto en «varios siglos». Las cifras son preocupantes: por cada bebé nacido de madre española, hay 1,92 muertes, lo que indica que en provincias como Orense y Zamora, el número de fallecimientos supera ampliamente al de nacimientos.
La aritmética revela un saldo negativo de 195.322 muertes más que bebés españoles, lo que plantea serias preguntas sobre el futuro demográfico del país. La inmigración, que históricamente ha sido un motor de crecimiento, no ha logrado compensar esta tendencia, resultando en un saldo total negativo de 116.056 personas en 2022.
Radiografía territorial del nacimiento
El análisis provincial del INE muestra una clara geografía de la natalidad en España. La provincia de Gerona lidera la lista, con un 57,9% de los bebés nacidos de al menos un progenitor extranjero. Le siguen Barcelona (52,8%), Lérida (51,5%), Baleares (50,7%) y Álava (50,3%).
En contraste, provincias como Córdoba (11,7%) y Jaén (11,7%) presentan cifras mucho más bajas, donde apenas uno de cada seis bebés tiene origen extranjero. Aquí, el fenómeno demográfico dominante sigue siendo la disminución de nacimientos, lo que refuerza la idea de un país que envejece rápidamente.
La raíz del problema radica en la natalidad. Actualmente, las mujeres españolas tienen un promedio de 1,07 hijos, cifra que no alcanza ni la mitad de lo necesario para asegurar el reemplazo generacional de 2,1 hijos por mujer. Este descenso es aún más pronunciado en regiones como Canarias (0,78) y Asturias (0,92).
El único dato positivo en medio de esta crisis es la esperanza de vida, que ha alcanzado los 84 años, con Madrid (85,58) y Salamanca (85,77) a la cabeza.
La inmigración juega un papel fundamental en el mercado laboral español, con más de 3 millones de trabajadores extranjeros cotizando a la Seguridad Social, lo que representa el 14% de la fuerza laboral. Estos trabajadores son esenciales en sectores como la hostelería y la construcción, donde constituyen el 28% y 20% de los empleados, respectivamente.
El cambio demográfico en España es innegable y plantea importantes retos para el futuro del país, que debe encontrar formas de adaptarse a esta nueva realidad.
