La presentadora Sonsoles Ónega ha compartido su tristeza por la cancelación de ‘La familia de la tele’, un programa que fue retirado de la parrilla de RTVE apenas un mes después de su estreno, debido a los insostenibles datos de audiencia. En una reciente entrevista concedida a El Mundo, Ónega reflexionó sobre el fracaso del formato y la naturaleza efímera de los proyectos televisivos.
«En la tele, dicen que funciona un proyecto de cada diez», comentó Ónega, quien añadió que el final de un programa siempre conlleva una sensación de pérdida. «Detrás de cada programa hay compañeros y en cada compañero seguro que tienes un amigo, un conocido o alguien al que le expresas la tristeza de que los proyectos se acaben», explicó la periodista.
Reflexiones sobre la presión en televisión
Ónega, que actualmente presenta ‘Y ahora Sonsoles’, hizo un balance de su trayectoria y señaló que mantener el liderazgo en audiencias «genera mucha más presión y tensión que ser segundo o tercero». No obstante, la comunicadora reafirmó su compromiso de no defraudar a su audiencia ni a sus superiores. «No defraudar en general es una de las sensaciones más terribles contra las que lucho cada mañana», confesó.
En cuanto a las limitaciones que enfrenta en su programa, Ónega aseguró que no tiene «ninguna pega» con las condiciones de trabajo en Atresmedia. «El despliegue de medios es envidiable, a veces no sé ni qué hacer con ello», bromeó.
El papel de la cultura y la televisión lineal
A pesar de las dificultades, Ónega ha manifestado su deseo de incorporar más cultura en su programa. «He estado peleando por un minuto de cultura desde que comenzó a emitirse mi programa. En 180 minutos, puedes colocar muchos mensajes que no necesariamente van identificados como cultura», desveló.
La periodista también reflexionó sobre su rol como líder de opinión, subrayando que «nadie tiene la razón absoluta ni la verdad». Prefiere mantener un perfil bajo en ciertos temas para evitar polarizar a la audiencia.
Ónega defendió la relevancia de la televisión lineal, afirmando que «no ha muerto». Por el contrario, considera que «está más viva que nunca», ya que programas en directo, como el suyo, ofrecen una conexión con los espectadores, en contraste con la soledad que a menudo acompaña a las plataformas digitales.
La cancelación de ‘La familia de la tele’ marca un capítulo más en la cambiante historia de la televisión en España, donde la competencia por la audiencia sigue siendo feroz y los proyectos, a menudo, tienen una vida corta.
