Samsung Electronics ha conseguido un contrato crucial con Tesla por un valor de 16.500 millones de dólares para suministrar semiprocesadores de última generación, como anunció Elon Musk el pasado domingo. Este acuerdo, que ha hecho que las acciones de Samsung subieran un 7 % el lunes, no obstante, presenta importantes salvedades que podrían afectar su efectividad a largo plazo.
Detalles del acuerdo y sus implicaciones
El contrato se extiende por un periodo de ocho años, lo que se traduce en ventas anuales aproximadas de 2.100 millones de dólares. Aunque esta cifra puede parecer significativa, está muy lejos de ser suficiente para revertir la situación del negocio de fundición de Samsung, que en el primer trimestre de este año registró una pérdida operativa superior a 3.600 millones de dólares. La incertidumbre aumenta dado que Musk ha admitido que este contrato representa un mínimo, y que la demanda podría ser «varias veces mayor», aunque su tendencia a exagerar es bien conocida en la industria.
Para que el acuerdo tenga un impacto real, el presidente de Samsung, Jay Y. Lee, deberá encontrar formas de convertir este voto de confianza de Musk en un negocio más amplio que le permita ganar cuota de mercado. Esto no será una tarea sencilla, ya que compartir conocimientos con Tesla podría alejar a otros clientes, dado que Musk ha sido autorizado a recorrer las líneas de producción de Samsung para «maximizar la eficiencia de fabricación».
Retos futuros para Samsung y Tesla
El camino por delante es incierto. Tesla se enfrenta a «algunos trimestres difíciles» debido a la disminución del apoyo en Estados Unidos hacia la energía de baterías, además de una pérdida de cuota en mercados clave como China y Europa. Las apuestas a largo plazo, como los robotaxis, no garantizan llenar el vacío que dejará la caída en la demanda a corto plazo.
Samsung, por su parte, se encuentra bajo presión para demostrar que puede cumplir con los estándares exigidos. Recientemente, sus chips de memoria de alto ancho de banda no superaron las pruebas de Nvidia, otro cliente clave, debido a problemas de calor y consumo. Aunque ha desarrollado chips avanzados, como el dispositivo de dos nanómetros que necesita Musk, garantizar un alto rendimiento a gran escala en una planta no probada en Estados Unidos añade más incertidumbre al proyecto.
Si Samsung no cumple con las expectativas, no solo se pondría en riesgo la rentabilidad del acuerdo, sino también la continuidad de la relación con Tesla. Aunque Lee recibirá a Tesla con los brazos abiertos, será fundamental que esté preparado para los desafíos que se avecinan en este acuerdo arriesgado.
