Rubén Torres ha sido proclamado campeón de la segunda edición de Supervivientes All-Stars, que se despidió este jueves tras 56 días de intensa competición en Honduras. El popular bombero y tatuador, conocido por su participación en el reality de Netflix, Falso amor, logró un triunfo muy reñido en el televoto final, donde obtuvo un 48,6% de los votos del público, superando a la influencer Jessica Bueno.
El desenlace se produjo alrededor de las dos de la madrugada, cuando Torres, que había quedado segundo el año pasado frente a Pedro García Aguado en Supervivientes 2024, recibió el cheque de 50.000 euros que le acredita como ganador. En el camino hacia la victoria, el concursante tuvo que superar a otros dos finalistas, Tony Espina y Miri Pérez, en una edición marcada por condiciones climáticas adversas.
La repercusión del programa y el futuro de Telecinco
El reality ha representado un respiro para Telecinco, que ha estado enfrentando una caída en sus audiencias. Durante las diez semanas que ha estado en antena, Supervivientes All-Stars ha logrado una media de 17% de cuota de pantalla, en comparación con el 9,4% que ha registrado la cadena en octubre.
A pesar de la conclusión de esta edición, los seguidores del formato pueden estar tranquilos, ya que el próximo 2 de noviembre tendrá lugar una última reunión de los supervivientes en Madrid, donde se presentará el debate final bajo la conducción de Sandra Barneda. Además, el 6 de noviembre dará inicio una nueva edición de Gran Hermano, también presentada por Jorge Javier Vázquez, lo que promete mantener el interés de la audiencia durante los meses venideros.
La trayectoria de Torres en el programa ha capturado la atención del público, y su victoria podría abrirle nuevas oportunidades dentro del mundo del entretenimiento. La mezcla de desafíos físicos y emocionales que vivieron los concursantes ha sido una de las claves del éxito del formato, que sigue siendo un referente en la programación de la cadena.
