La primera jornada del ciclo Cuentos a la luz de la luna en Jaca ha sido un éxito rotundo, con la actuación de Quico Cadaval como gran protagonista. A pesar de la inusual temperatura para una noche de verano, alrededor de un centenar de personas se congregaron en los Jardines de la Universidad para disfrutar de una velada dedicada a la narración oral, que este año celebra su 26 aniversario.
Cadaval, conocido por su estilo irreverente y su acento gallego, supo captar la atención del público desde el primer momento. Su espectáculo, titulado ‘Vacas, guerras, cerdos y curas’, mantuvo a los asistentes al borde de sus asientos durante casi dos horas, logrando que no parpadearan por miedo a perderse algún detalle. La combinación de humor cotidiano y relatos rurales resonó especialmente entre los más jóvenes, quienes a menudo están desconectados de estas tradiciones.
La jornada fue solo el inicio de un ciclo que también cuenta con la participación de Carolina Rueda, una narradora colombiana que se presentará al día siguiente. A pesar de las diferencias en sus estilos narrativos, ambos artistas han demostrado que el público tiene un apetito insaciable por las historias y la magia de la narración oral. Esta forma de comunicación, transmitida de boca a boca, sigue teniendo el poder de reunir a cientos de personas en torno a relatos que enriquecen la vida.
Un ciclo que fomenta la cultura y la educación
El ciclo Cuentos a la luz de la luna no solo se dedica a los adultos, sino que también tiene una propuesta para los más pequeños. Durante las dos jornadas, en horario de tarde, los niños pudieron disfrutar de las narraciones de Celeste Abba, una argentina residente en Jaca, y de la propia Carolina Rueda. Este enfoque en el público infantil es fundamental, ya que se busca formar a los futuros amantes de la narración oral y preservar esta tradición cultural.
La acogida del evento ha sido calurosa, lo que pone de manifiesto el interés por la cultura y la narración en vivo en la sociedad actual. La combinación de diferentes voces y estilos narrativos en un mismo ciclo es una manera efectiva de atraer a un público diverso, fomentando tanto el entretenimiento como la educación.
Así, Jaca se convierte, una vez más, en un escenario de encuentro cultural, donde historias contadas a la luz de la luna unen a generaciones y mantienen vivas tradiciones que, a pesar del paso del tiempo, siguen siendo relevantes y necesarias en nuestra vida cotidiana.
