La compañía teatral Onírika ha decidido dar un giro a la historia de Hermia y Helena, amigas y rivales en la célebre obra de William Shakespeare, Soñando con una noche de verano. En esta nueva versión, titulada Soñando de Aquella Noche de Verano, se explora qué pudo haber ocurrido entre ellas tras el desenlace de la obra original, que culmina con ambas junto a sus respectivas parejas y sin reconciliación. La representación tendrá lugar del 31 de julio al 2 de agosto en el Hospital del Rey, en el marco del IX Ciclo de Microteatro.
La adaptación, escrita, dirigida e interpretada por Alba Rosa, presenta a Hermia ahora como madre de familia, quien anhela un respiro de su rutina diaria. Una noche, su destino la lleva a un karaoke donde se reencuentra con Helena, interpretada por Yoli Lorenzo, quien también enfrenta sus propios desafíos en una relación que no funciona. Este encuentro, después de años de distanciamiento, se convierte en el núcleo de la obra.
Una exploración de la amistad femenina
La obra no busca reconstruir el pasado, sino que se centra en el presente y en el peso de las palabras no dichas tras un largo tiempo. Alba Rosa señala que la propuesta intenta ir más allá del conflicto ficticio, abordando un tema más amplio. “A lo largo de la historia, se ha presentado a las mujeres como rivales, especialmente por motivos amorosos. Esta obra quiere resaltar la importancia de la amistad y cómo cuidarla”, explica.
Además, la propuesta mantiene elementos del texto original de Shakespeare, incluyendo la magia y ciertos personajes secundarios. Por ejemplo, el burro, interpretado por Manu Arrarás, sigue enamorado de Titania, mientras que otros personajes, como Lisandro, Demetrio, Oberón, Titania y Puck, aparecen a través de recursos audiovisuales. Un nuevo personaje, DJ Marina, interpretado por Marina Borrego, actúa como narradora y mediadora entre las protagonistas, facilitando el diálogo sobre lo que ha quedado sin resolver.
Un espacio ideal para la magia del teatro
Con una duración de 50 minutos, esta comedia presenta un equilibrio entre momentos delirantes y otros más emocionales. Alba Rosa considera que el Hospital del Rey es un espacio propicio para la representación, no solo por su arquitectura e historia, sino también por la conexión directa que establece con el espectador. “La obra original se representaba al aire libre, en patios y plazas. Recuperar ese formato le otorga un sentido especial a esta versión”, añade.
La directora también menciona que la creación de esta obra era una tarea pendiente, una forma de abordar una pregunta que había quedado abierta sobre la evolución de los vínculos a lo largo del tiempo. “Me interesa hablar de la amistad en la edad adulta. A menudo, estas redes de apoyo se descuidan por las obligaciones cotidianas. Esta obra es una invitación a cuidar esas relaciones valiosas”, sostiene.
Onírika, compañía que surgió hace cinco años y que ha realizado ya ocho producciones, ha trabajado en una dinámica híbrida entre Madrid y Melilla. Alba Rosa compagina su labor como directora con la docencia en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid. A pesar de los desafíos de cada proyecto, destaca la cohesión del equipo: “Cada vez funcionamos mejor. Somos un grupo muy unido”, afirma.
La venta de entradas para Soñando de Aquella Noche de Verano avanza rápidamente y, a pocos días del estreno, solo quedan unas veinte disponibles por día. La compañía espera llenar los tres pases, confiando en el interés del público melillense y en que la propuesta resuene con diversas generaciones. No es necesario conocer la obra original para disfrutar de esta interpretación, que se centra en la amistad, el paso del tiempo y la posibilidad de sanar viejas heridas.
“Invitamos al público de Melilla a disfrutar del teatro, que es cultura y alimenta el alma. Esta obra busca hacer de una noche de verano algo mágico y especial”, concluye Alba Rosa. Después de su estreno en Melilla, Onírika planea llevar la obra a otros escenarios, aunque aún no se han definido fechas. Soñando de Aquella Noche de Verano no pretende reemplazar al original, sino completar lo que quedó sin decir y recordar que, a veces, una sola noche es suficiente para reparar siglos de silencio.
