Los Premios Goya han tomado una decisión contundente al vetar aquellas obras cinematográficas en las que la inteligencia artificial asuma el rol de autoría. La Academia de Cine ha informado que solo se aceptarán películas «cuya creación y desarrollo artístico y técnico estén liderados por personas físicas identificables». Esta normativa se ha aprobado el pasado miércoles 16 de julio y se aplicará en la gala que tendrá lugar en Barcelona el 7 de febrero de 2026.
La inteligencia artificial podrá ser utilizada únicamente como herramienta de apoyo en las distintas fases de desarrollo de la obra, siempre que no sustituya la autoría humana. Las bases también especifican que no se permitirán generar «elementos fundamentales de la película sin una supervisión directa y una intervención creativa sustancial por parte de personas físicas responsables». Esta medida busca preservar la esencia del arte cinematográfico y asegurar que el talento humano siga siendo el protagonista en la creación de las obras.
Una gala más ágil
Otra de las novedades anunciadas por la Academia se refiere a la duración de los discursos de agradecimiento durante la gala. A partir de ahora, solo una persona por cada categoría premiada podrá intervenir como portavoz del grupo, limitando el tiempo de su intervención a un máximo de un minuto. Esta persona deberá ser designada previamente y comunicada a la Academia con antelación. Sin embargo, se abre la posibilidad de «valorar casos concretos en situaciones excepcionales», lo que podría permitir cierta flexibilidad en este aspecto.
Además, la categoría de Mejor Película ahora también permitirá que un productor ejecutivo opte al premio, siempre y cuando haya tenido una participación significativa en el desarrollo de la obra. En la categoría de Dirección de Arte, se acepta el cargo de decorador en aquellos casos en los que no se acredite a ningún diseñador de producción o director de arte.
Por último, esta 40a edición de los Premios Goya establece un límite máximo de cuatro personas inscritas por categoría, salvo en aquellas categorías donde se especifique un número menor o una limitación particular. Estas decisiones reflejan un esfuerzo por parte de la Academia de Cine por modernizar y adaptar los premios a los nuevos tiempos, sin perder de vista la importancia del talento humano en la creación artística.
