Fray Agustín de Vetancurt, nacido en Ayotzingo, Puebla, México, alrededor de 1622, dedicó su vida al trabajo pastoral e intelectual en la Nueva España. Estudió en la Real y Pontificia Universidad de México, donde se formó en filosofía y letras, y se unió a la orden franciscana en el convento de Puebla. A lo largo de más de cuatro décadas, fue responsable de la iglesia de San José de los Naturales, donde se destacó por su dominio del náhuatl y su labor como cronista oficial de la provincia del Santo Evangelio.
Su obra más reconocida, el “Arte de la Lengua Mexicana”, fue publicada en 1673 y revisada en 1901. Este texto es un claro testimonio del compromiso de los franciscanos con la enseñanza y evangelización a través del idioma. Además de esta obra, Vetancurt escribió otros textos significativos, como el “Manual para administrar los santos sacramentos” y el “Teatro Mexicano”, que documentan la vida cotidiana de los pueblos indígenas y las experiencias de los misioneros en la Nueva España.
Un legado antropológico y lingüístico
La producción escrita de Vetancurt no solo ofrece relatos sobre la labor misional de los franciscanos, sino que también proporciona una valiosa recopilación de observaciones sobre las costumbres y tradiciones indígenas. Su trabajo es fundamental para el estudio antropológico de la Nueva España, ya que sus obras reflejan la compleja interacción cultural y lingüística entre los conquistadores españoles y los pueblos originarios.
El “Arte de la Lengua Mexicana” no fue una obra aislada, sino que se enmarca en una tradición de gramáticas coloniales. Vetancurt, consciente de las investigaciones previas de sus antecesores, como Juan de Torquemada y Jerónimo de Mendieta, realizó un análisis exhaustivo que incluso le llevó a denunciar el presunto plagio de Torquemada de Mendieta en su obra “Monarquía Indiana”. Su enfoque en la enseñanza del náhuatl proponía un método simplificado para instruir a los indígenas, a quienes consideraba, según sus propias palabras, “por su naturaleza, menos capaces que los españoles”.
Interacción cultural y lingüística
La llegada de los españoles a la Nueva España implicó un contacto entre una cultura alfabetizada y sociedades con tradiciones orales. Los frailes, incluyendo a Vetancurt, desempeñaron un papel crucial en la enseñanza y evangelización, lo que requirió aprender las lenguas indígenas y crear materiales lingüísticos. En este contexto, el náhuatl se estableció como lengua oficial para los propósitos de evangelización, lo que se evidencia en la Real Cédula de 1580, que establecía que no se debían conceder cargos eclesiásticos a quienes no conocieran las lenguas locales.
Esta cédula reflejaba la necesidad de garantizar una evangelización efectiva. Las disposiciones reales indicaban que el conocimiento de las lenguas indígenas era fundamental para el ejercicio pastoral. La producción de Vetancurt, por lo tanto, no solo responde a un imperativo religioso, sino también a una estrategia de afirmación identitaria en un contexto colonial.
A pesar de su esfuerzo por documentar el idioma náhuatl, las gramáticas como la de Vetancurt enfrentaron críticas en su momento. Sin embargo, estudios recientes las han revalorizado, reconociendo su importancia en la documentación de lenguas indígenas y su contexto histórico. A lo largo de su obra, Vetancurt mostró un profundo interés por la función didáctica y evangelizadora del idioma, lo que se traduce en un estilo claro y accesible.
En conclusión, la obra de Fray Agustín de Vetancurt es un testimonio no solo del esfuerzo misionero en la Nueva España, sino también de la riqueza cultural y lingüística de un periodo histórico crucial. Su legado sigue siendo una fuente esencial para el estudio de las interacciones entre las culturas indígenas y europeas en América.
