El desarrollo emocional y cerebral de los niños y adolescentes está directamente relacionado con las enseñanzas que reciben en su entorno familiar. La neuropsicóloga pediátrica Carina Castro Fumero ha subrayado la importancia de que los padres enseñen a sus hijos a gestionar y expresar sus emociones, advirtiendo que un niño que no aprende a sentir será un adulto que somatiza, es decir, que manifestará sus problemas emocionales a través de síntomas físicos.
El papel fundamental de la familia
Según Castro, la familia actúa como el primer escenario donde se produce el aprendizaje emocional. «Los niños observan y asimilan cómo sus padres manejan sus propias emociones. Si no ven ejemplos saludables, es probable que no desarrollen habilidades emocionales adecuadas», afirma. Esta falta de educación emocional puede resultar en dificultades en la vida adulta, como ansiedad, depresión o problemas de relación.
La neuropsicóloga destaca que la comunicación abierta sobre los sentimientos en el hogar es esencial para el desarrollo saludable del cerebro. «Cuando los padres validan las emociones de sus hijos, les enseñan que está bien sentir y expresar lo que les sucede», explica. Esto, a su vez, les permite desarrollar una inteligencia emocional que les servirá a lo largo de su vida.
Implicaciones a largo plazo
Castro también señala que los problemas emocionales no resueltos en la infancia pueden llevar a la somatización en la edad adulta, donde los individuos experimentan dolencias físicas sin una causa médica aparente. «Esto puede incluir desde dolores de cabeza hasta problemas gastrointestinales, que en realidad son manifestaciones de conflictos emocionales no tratados», advierte.
Es fundamental que los padres se conviertan en modelos a seguir en la gestión emocional. Castro sugiere que las familias busquen apoyo profesional si encuentran dificultades para abordar estas cuestiones. «No hay nada de malo en pedir ayuda. La salud emocional es tan importante como la salud física», concluye, reafirmando la necesidad de priorizar el bienestar emocional en la crianza de los hijos.
El mensaje de Carina Castro Fumero resuena con claridad: la educación emocional es una inversión en el futuro de nuestros niños, y su desarrollo integral depende en gran medida de la atención que reciben en casa.
