La Guardia Civil de la Comandancia de Almería investiga a dos individuos por su supuesta responsabilidad en un criadero que se hacía pasar por un santuario para animales maltratados. Los delitos en cuestión incluyen maltrato animal, abandono (con resultado de muerte) y estafa, tras el abandono del recinto donde se encontraban los animales y la recaudación de donaciones para una actividad no legalmente establecida.
Según informa el Instituto Armado, el personal del Seprona inició la operación ‘Sanctumer’ a finales del pasado año, después de recibir informes sobre el abandono de numerosos animales en un refugio de perros ubicado en un cortijo del término municipal de Macael. A su llegada, los agentes confirmaron que el lugar estaba efectivamente desatendido y presentaba «evidentes condiciones» de insalubridad, con gran cantidad de basura y excrementos de los animales.
Dentro del recinto, se encontraron 19 canes sueltos, sin acceso a alimento ni agua limpia, y la mayoría carecía de microchip. Dos de los perros presentaban lesiones por mordeduras y deformaciones, resultado de la agresividad entre ellos. Además, se hallaron tres mascotas en estado de cadáver, desmembradas y devoradas por los otros perros. Los responsables del lugar informaron a la Guardia Civil que habían abandonado el refugio con los animales aún dentro hacía más de una semana.
Condiciones deplorables y recaudación de donaciones
La Guardia Civil realizó gestiones inmediatas para reubicar a los perros en diferentes asociaciones protectoras de animales y colaboradores particulares de la provincia, advirtiendo que de no ser rescatados, su vida corría un grave peligro. Durante la inspección, el personal del Seprona identificó razas de perros altamente demandadas, que se encontraban emparejadas y algunas en estado de gestación, lo que sugiere la posibilidad de una «intención de cría en cautividad para su posterior comercio».
La investigación reveló que más de 200 personas habían donado a este falso refugio, que no contaba con ninguna licencia para operar ni estaba registrado como núcleo zoológico o asociación protectora de animales. En menos de ocho meses, el lugar habría recaudado casi 8.000 euros, sin poder justificar el uso de esos fondos para el cuidado de los animales y las instalaciones.
Como resultado de esta operación, se investiga a los responsables del refugio como supuestos autores de delitos de maltrato animal, abandono (con resultado de muerte) y estafa. La situación ha puesto de relieve la necesidad de una mayor vigilancia sobre los refugios y criaderos de animales, así como la importancia de la transparencia en la gestión de donaciones.