El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha condenado de manera contundente el intento de golpe de Estado en Benín, manifestando su preocupación por las repercusiones que este podría tener en la estabilidad de la región. Guterres, a través de su portavoz Stéphane Dujarric, subrayó la importancia de mantener la gobernanza democrática y el respeto por el Estado de derecho, enfatizando que cualquier intento de tomar el poder de forma inconstitucional es inaceptable.
En su declaración, Dujarric explicó que el secretario general está «profundamente preocupado» por la situación actual en Benín, donde el presidente Patrice Talon ha afirmado que «la situación está totalmente bajo control». No obstante, Talon atribuyó la asonada a «un grupo de militares, bajo el pretexto de afirmaciones falsas», lo que ha generado aún más inquietud en la comunidad internacional.
Acciones internacionales para garantizar la seguridad
Ante la inestabilidad, la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) ha decidido desplegar de manera inmediata elementos de su «fuerza de reserva» en Benín. Este operativo busca garantizar la seguridad de la población y prevenir un deterioro de la situación. Según un comunicado difundido en su página web, las tropas incluirán efectivos de Nigeria, cuyo presidente, Ahmed ‘Bola’ Tinubu, ha ordenado que aviones de combate de la Fuerza Aérea Nigeriana entren en el país para tomar control del espacio aéreo y ayudar a desalojar a los golpistas.
Tinubu expresó en la red social X que «nuestras Fuerzas Armadas actuaron en el ámbito de la CEDEAO» y destacaron su compromiso con el mantenimiento de los valores e ideales democráticos. «Han contribuido a estabilizar un país vecino y nos han enorgullecido», añadió el mandatario nigeriano, reafirmando el apoyo de Nigeria al gobierno y al pueblo de Benín en estos momentos difíciles.
El contexto de la crisis
Este intento de golpe de Estado se produce en un contexto de creciente tensión política en Benín, donde han surgido preocupaciones sobre la erosión de las libertades democráticas. La comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollan los acontecimientos, temiendo que la situación pueda llevar a un mayor descontento social y a un aumento de la inestabilidad en una región que ya enfrenta múltiples desafíos.
Las declaraciones de Guterres y las acciones de la CEDEAO reflejan la urgencia de una respuesta coordinada para asegurar que se respete la democracia y se protejan los derechos de los ciudadanos en Benín, un país que ha sido un ejemplo de estabilidad en la región, pero que ahora enfrenta un momento crítico.
