El seleccionador de Palestina, Ehab Abu Jazar, calificó el partido disputado en San Mamés contra la Euskal Selekzioa como un momento histórico para el pueblo palestino. Tras el encuentro, Jazar expresó su agradecimiento a todos los que hicieron posible este evento, afirmando que fue un partido significativo para la lucha por los derechos de su nación.
“No tengo palabras para describir las sensaciones que sentí al entrar al campo”, comentó Jazar, quien recordó el sufrimiento de su familia y de los deportistas palestinos. La emoción le invadió especialmente al escuchar el himno de Palestina y al ver a más de 50.000 personas apoyando a su equipo. “He visto a mucha gente que quiere a Palestina, lo han demostrado con sus pancartas y su oposición a Israel”, añadió.
El ambiente en San Mamés
El seleccionador palestino se mostró agradecido por la acogida en Euskadi, afirmando que se sintieron como en casa desde su llegada. “Ha sido emocionante ver a la gente en la calle gritando y apoyando a nuestro pueblo. El minuto de silencio previo al partido ha sido realmente especial”, destacó Jazar.
Este encuentro no solo fue un partido de fútbol, sino un símbolo del deseo de paz y reconocimiento para el pueblo palestino. Según Jazar, “este día pasará a la historia” y lo llevará guardado en su corazón, siendo el primer entrenador al frente de Palestina que juega en Europa.
Refugiados y la situación actual
El seleccionador también abordó la compleja realidad que enfrenta su nación. “Ha sido una gran responsabilidad para mí elegir a los jugadores, muchos de ellos son refugiados. Hay muchos futbolistas que pueden jugar con Palestina, y los jóvenes llevan el escudo de nuestro pueblo aunque nunca hayan estado en nuestra tierra”, explicó.
Respecto a la situación actual de Palestina, Jazar afirmó que “Israel ha querido borrar nuestra causa y nuestros derechos, pero no han podido con nosotros”. Además, enfatizó la necesidad de que otros países jueguen en Palestina en el futuro, reafirmando su esperanza y determinación: “Volveremos a jugar en Palestina”, concluyó. Este partido en San Mamés no solo marcó un hito en el deporte, sino que también resonó como un grito de esperanza y resistencia por los derechos del pueblo palestino.
