La administración del presidente Donald Trump ha dado un paso significativo en su relación con Líbano al aprobar una venta de armas valorada en 90,5 millones de dólares (aproximadamente 78 millones de euros). Esta decisión se produce en un contexto de creciente presión por parte de Estados Unidos sobre las autoridades libanesas para que avancen en el desarme del partido-milicia chií Hezbolá.
El Departamento de Estado de EEUU ha concedido la ‘luz verde’ a la venta, que incluye vehículos tácticos medianos M1085A2 y M1078A2, así como equipo relacionado, tras una solicitud formal de Beirut. La empresa Oshkosh Defense, con sede en Wisconsin, será el contratista principal encargado de proveer este material militar.
Justificación de la venta militar
La Agencia de Cooperación de Seguridad de Defensa, dependiente del Pentágono, ha comunicado esta decisión a través de su página web. En su declaración, la agencia ha emitido una certificación necesaria para notificar al Congreso sobre la medida. Este organismo ha subrayado que «esta venta propuesta apoyará la política exterior y la seguridad nacional de Estados Unidos, mejorando la seguridad de un país socio que sigue siendo una fuerza importante para la estabilidad política y el progreso económico en Oriente Próximo».
Según las autoridades estadounidenses, esta venta «mejorará la capacidad de Líbano para hacer frente a las amenazas actuales y futuras». Se espera que el equipamiento permita a las Fuerzas Armadas Libanesas enfrentar y neutralizar rápidamente amenazas a la seguridad perimetral, así como implementar de manera eficaz medidas antiterroristas.
Impacto en la cooperación militar
La agencia del Pentágono ha asegurado que las capacidades de los vehículos proporcionados facilitarán el intercambio de tácticas y entrenamiento operativo entre Estados Unidos y Líbano. Además, ha indicado que el ejército libanés «no tendrá dificultades para integrar estos artículos y servicios en sus Fuerzas Armadas».
Este movimiento se produce en un momento delicado para la región, donde la influencia de Hezbolá sigue siendo un tema controvertido y un punto focal en las dinámicas de seguridad de Oriente Próximo. La venta de armas puede interpretarse como un intento de Estados Unidos de fortalecer a sus aliados en la región en un esfuerzo por contrarrestar la influencia de grupos armados como Hezbolá.
Con esta decisión, la administración Trump reafirma su compromiso con la seguridad de Líbano, al tiempo que presiona por un desarme efectivo de Hezbolá, un desafío que sigue siendo complejo y lleno de matices en el contexto geopolítico actual.
