El futuro judicial de Antonio Tejado se encuentra en una encrucijada crítica, ya que enfrenta una posible condena de entre once y veintidós años de prisión. Este desenlace se debe a su procesamiento como presunto autor intelectual del violento asalto que se produjo en 2023 en la vivienda de la cantante María del Monte, ubicada en Gines, Sevilla. A pesar de que aún no se ha fijado una fecha para el juicio, la Fiscalía ha dejado claro que no contempla el archivo de la causa y que hay evidencias suficientes para mantener a Tejado en el banquillo.
Según el auto de procesamiento dictado en mayo de 2025, se alega que Tejado facilitó información clave a la banda que irrumpió en la vivienda, donde se encontraban la artista, su esposa Inmaculada Casal y varios familiares. Los asaltantes, armados y encapuchados, sometieron a los presentes a una violencia extrema, maniataron y amenazaron a todos, logrando sustraer joyas y relojes valorados en más de 180.000 euros, además de 14.500 euros en efectivo. La instrucción le imputa cuatro delitos graves: robo con violencia e intimidación en casa habitada, organización criminal, detención ilegal y lesiones.
El impacto emocional en la familia
La defensa de Tejado mantiene su inocencia y ha optado por una estrategia de silencio mediático, siguiendo las recomendaciones de su abogado. Actualmente, se encuentra en libertad provisional, bajo medidas cautelares que incluyen la retirada de su pasaporte, la prohibición de salir del país y la obligación de comparecer periódicamente ante el juez. Estas condiciones se mantienen desde mayo de 2024, cuando fue liberado tras varios meses en prisión preventiva.
Más allá del proceso judicial, el caso ha tenido un profundo impacto en el ámbito personal de la familia. María del Monte, que siempre trató a su sobrino como a un hijo, vive la situación con una mezcla de dolor y desconcierto. Fuentes cercanas a la artista describen el momento como una auténtica “puñalada trapera”, mientras que el entorno familiar manifiesta un clima de pánico ante la posibilidad de una condena prolongada. La madre de Antonio atraviesa un período especialmente delicado, incapaz de asumir la idea de que su hijo podría estar entre rejas durante más de una década.
La tensión se extiende incluso al núcleo familiar de la artista. Mientras ella intenta mantener cierta protección hacia su sobrino, su esposa, la periodista Inmaculada Casal, defiende con firmeza que “se haga justicia”. Esta diferencia de posturas ha intensificado la presión emocional en el entorno más cercano de la pareja.
El futuro del proceso judicial
En el ámbito judicial, todo indica que el proceso podría prolongarse más de lo esperado. Fuentes jurídicas apuntan que el juicio no se celebrará antes de 2026 e incluso podría demorarse hasta 2027 debido a los recursos pendientes. Mientras tanto, este mediático caso continúa acaparando titulares, consolidándose como uno de los procesos más relevantes en la crónica judicial y social reciente en España.
